miércoles, 11 de marzo de 2015

 

AGUA

 

JUAN 4:13-15 Jesús contestó:

-       Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que Yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.

-       Por favor, Señor, le dijo la mujer, ¡deme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua. (N.T.V.)

 

©      El Agua que Dios nos da sacia nuestra sed espiritual y da vida nueva.

Los sapos se encuentran en todas partes del mundo y, debido a que consumen enormes cantidades de insectos dañinos, son amigos del hombre. Tal vez el sapo más útil que se conozca es el que vive en las regiones semiáridas del centro de Australia. Se lo conoce con el nombre de "Sapo de la Santa Cruz", debido a las manchas de su lomo, que asumen esa forma. Este sapo es una cantimplora viviente, pues en las pocas ocasiones en que llueve, bebe el precioso fluido vital hasta hincharse. Durante las sequías que siguen a las lluvias, el batracio se esconde por meses en el barro, y sobrevive gracias al agua que ha bebido. Cuando los aborígenes de Australia se encuentran perdidos en medio del desierto durante la época de sequía, todo lo que necesitan hacer es buscar al "Sapo de la Santa Cruz" para sobrevivir. Al extraer el agua de estas insólitas cantimploras, han logrado evitar las consecuencias fatales de la sequía, que hubieran sido catastróficas para todos los que desconocieran los hábitos de este sapo. (Maravillas de la creación – Santiago A. Tucker)

 

Tal como los aborígenes de Australia emplean el "Sapo de la Santa Cruz" cuando necesitan del agua que da vida, las personas perdidas en el desierto de este mundo pueden ser liberadas milagrosamente de la muerte al beber del agua de la vida que brota del manantial de la cruz:

©      Moisés dio un golpe en la roca que representaba a Cristo, y consiguió agua en el desierto.

©      Jesús mismo amplió esta lección cuando le dijo a la mujer que estaba en el pozo: "Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed", pero "el que beba del agua que Yo le daré, no volverá a tener sed jamás".

Así pues, por medio de este humilde "Sapo de la Santa Cruz", de Moisés y su roca milagrosa, y de Cristo y la Cruz del Calvario, se nos enseña la lección de que el agua es un elemento que da vida.

 

CONFESIÓN DE FE:

RESPONDERÉ COMO LA SAMARITANA: SEÑOR DAME DE ESA AGUA, PUES SE QUE AL BEBER DE TI SERÉ SACIADO Y LLENO DE NUEVA VIDA, ASÍ ME ENCUENTRE EN MEDIO DEL DESIERTO.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Chaiyim, Dios Viviente (Jeremías 10:10). Mi amado Señor Tu eres la única y verdadera "Fuente de Agua Viva", estás vivo y eres el dador de vida, pues la has creado y todo lo que vive. Gracias quiero darte hoy Dios mío, pues se que quieres dar vida eterna y abundante, y tal vez lo hagas en medio del desierto en que podamos encontrarnos, proveyendo a Tu hijo, excelentísimo y Soberano Rey y Señor, Jesucristo, como Salvador nuestro, como agua que brota de esa fuente de vida eterna y para viada eterna. Amén.


Juan Manuel Lamus O.