martes, 17 de mayo de 2022

HEREDEROS

 

EFESIOS 1:11-14 En virtud de lo que Cristo hizo, ahora somos herederos, porque en su plan soberano nos escogió desde el principio para ser suyos; y esto es el cumplimiento de ese plan que Dios quería llevar a cabo. Lo hizo porque desea que nosotros, que fuimos los primeros en esperar al Mesías, celebremos su gloria. Gracias también a lo que Cristo hizo, cuando ustedes escucharon el mensaje verdadero de las buenas noticias de salvación y creyeron en Él, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo que Él había prometido. La presencia del Espíritu Santo en nosotros es como el sello de garantía de que Dios nos dará nuestra herencia. Además, significa que Dios ya nos ha comprado y que nos salvará hasta el final. Todo esto lo hizo para que le alabemos y le demos a Él la gloria. (NBV)

 

¿Sabía usted que es heredero de una riqueza inimaginable que nunca se desvanecerá? Pues somos herederos de una gran herencia espiritual en Cristo.

 

Si usted es un verdadero seguidor de Cristo, Dios le tiene una herencia reservada en el Cielo. De hecho, en el pasaje que estudiamos hoy, Él dice que ya se le ha dado (Vs.11). Su derecho a esta fortuna no se basa en nada de lo que usted ha hecho, sino en quién usted es. Si usted pertenece a Cristo, esa herencia le pertenece y le será revelada en el tiempo postrero (1 Pedro 1:4,5).

 

Nadie puede quitarnos nuestra herencia, porque Dios la ha garantizado al sellarnos con su Espíritu Santo de la promesa. La operación ha concluido y solamente espera la consumación final cuando todo estará bajo el dominio de Cristo. Este sello demuestra su propiedad y autoridad sobre nosotros, y un día llegará nuestra plena redención. Desde luego, todos queremos saber lo que vamos a heredar. Gran parte de la herencia está más allá de nuestra comprensión limitada, pero la Biblia nos da algunas pistas:

Una parte implicará la transformación de nuestro cuerpo y alma.

El objetivo para el cual Dios nos predestinó se realizará cuando estemos de pie delante de Él, conformados a la imagen de su Hijo. (Romanos 8:29; 1 Juan 3:2)

Y estos cuerpos débiles y perecederos se transformarán en cuerpos poderosos y gloriosos que estarán libres del pecado y de la muerte. (Filipenses 3:20,21)

¿Por qué ha hecho el Señor todo esto para nosotros?

 

Para poder mostrarnos por toda la eternidad las abundantes riquezas

de Su Gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús…

¡¡¡Dios nos ha hecho Sus Herederos!!!

(Efesios 2:7)

 

CONFESIÓN DE FE:

POR AMOR Y GRATITUD A ESA BONDAD TAN SORPRENDENTE, MANIFESTADA EN LA GRAN HERENCIA QUE TENEMOS EN JESUCRISTO, DEDICARÉ CADA DÍA DE MI VIDA A VIVIR CON ÉL, POR ÉL Y PARA ÉL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kedoshim, Dios Santo y Verdadero (Levítico 19:2). Mi amado Señor Jesús, hoy sé que Tú eres el portador de nuestra herencia eterna y celestial,  y Tú, mi Dios Padre Todopoderoso, eres único, especial, singular, pues no hay nadie ni nada como Tú, ni nunca lo habrá, eres distinto de todos y de todo, eres puro y libre de cualquier error, y es por eso por lo que puedo confiar en que Tú me has hecho un heredero en Cristo Jesús, con una herencia incalculable, incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para mí; sellada y garantizada por la presencia del Espíritu Santo en mi vida. Gracias, mi Señor, Padre Celestial, por proveer la más grande herencia en Jesucristo para nosotros, tus hijos, herencia de riquezas y especialmente de gracia, de acuerdo con tu bondad y misericordia infinitas. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri