miércoles, 3 de agosto de 2016

EL JUEZ

EL JUEZ

 

HECHOS 10:42,43 Y él nos ordenó que predicáramos en todas partes y diéramos testimonio de que Jesús es a quien Dios designó para ser el juez de todos, de los que están vivos y de los muertos.  De Él dan testimonio todos los profetas cuando dicen que a todo el que cree en Él se le perdonarán los pecados por medio de su Nombre. (N.T.V.)


©  Jesucristo como Juez de nuestras obras.

Durante nuestra vida terrenal, Jesucristo es nuestro Señor y Salvador. Por otra parte, a medida que nuestros días aquí se acercan a su fin, y especialmente los del mundo, Él toma su asiento como Juez y se prepara para premiar a los creyentes por las cosas buenas que hicieron en su Nombre.

 

Creo que hay un concepto equivocado y generalizado, de que Dios Padre será nuestro juez, pero es Cristo quien nos dio la responsabilidad de ir al mundo y hacer discípulos (Mateo 28:10). Por tanto, a Él le ha sido dado el derecho de determinar cuáles de nuestras acciones y pensamientos llevaron adelante su objetivo (Juan 5:22).


©  Es un juez caracterizado por dos aspectos primordiales:

1. Imparcialidad.

Cristo es un juez imparcial. No es influenciado por lo que piensen o digan los demás, Él decide lo que es bueno y justo basándose en su justicia. Nos serán quitadas nuestras obras sin valor, en otras palabras, las acciones y las palabras que utilizamos por ambición egoísta o vano engreimiento. Lo único que permanecerá son las cosas meritorias que pensamos, dijimos e hicimos para honrar a Dios. Estos son los aspectos valiosos de nuestras vidas por los que seremos recompensados.


2. Galardonador.

La recompensa es precisamente la razón por la que los creyentes estarán delante del Tribunal de Cristo. La vergüenza y la culpa por los pecados del pasado, y las motivaciones equivocadas, no tendrán ningún lugar allí (Romanos 8:1). Cristo mostrará quién es usted en realidad, al desechar las cosas sin valor que haya hecho. Lo que quede será el hombre o la mujer que trató de agradar al Señor.

 

CONFESIÓN DE FE:

TOMO LA DECISIÓN DE SER REFLEJO PODEROSO DE NUESTRO SALVADOR JESUCRISTO, TANTO EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO, Y ASÍ LLEGARÉ AL TRIBUNAL DE CRISTO EN VICTORIA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Mishpat, Dios de Justicia (Isaías 30:18). Mi amado Rey y Señor Jesús, gracias por tu amor inagotable, pues se que Tu esperas para tener piedad de los que en Ti creemos y en Ti confiamos; por eso, te levantas para tener misericordia de nosotros, porque eres un Dios de justicia, y bienaventurados son todos los que esperamos en Ti; por eso hoy vengo a darte gracias, no solo por ser juez de mis actos, pues se que eres un juez imparcial y galardonador, sino también por la oportunidad que me das de ser reflejo poderoso tuyo, para que aquellos que aún no te conocen puedan también acceder a tu infinita misericordia y tu amor sin condición. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por ser el Juez de mi vida. Amén.


Juan Manuel Lamus O.