viernes, 20 de agosto de 2021

REVELACIÓN

 

JEREMÍAS 1:6-9 Yo le respondí:

-       ¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!

Pero el Señor me dijo:

-     No digas: "Soy muy joven", porque vas a ir adondequiera que Yo te envíe, y vas a decir todo lo que Yo te ordene. No le temas a nadie, que Yo estoy contigo para librarte. Lo afirma el Señor.

Luego extendió el Señor la mano y, tocándome la boca, me dijo:

-       He puesto en tu boca mis palabras. (NTV)

 

LUCAS 18:27 Jesús les respondió:

-       Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. (NBV)

 

Hoy deberíamos preguntarnos si somos cristianos por enseñanza o por revelación.

Si estamos simplemente parloteando verdades que alguien nos ha dicho; ¡ay de nosotros, ay de las personas y la congregación donde lo hacemos!

 

Cuando el Señor Jesús se enfrentó a Pablo camino a Damasco Él se reveló a sí mismo a su más ardiente enemigo. Después de esto Pablo no consultó con nadie, sino que fue al desierto para recibir revelación. Más tarde cuando él apareció predicando su mensaje fue encarnado, no lo aprendió a los pies de un maestro terrenal, sino lo aprendió a los pies de Jesús. Todo mensaje Divino es recibido internamente primero, la educación cristiana, el discipulado, tiene su lugar y es absolutamente necesaria, pero jamás deberá ocupar el lugar de la revelación. Yo no quiero ser uno más entre los cristianos que han tomado la cultura de Cristo sin tomar a Cristo mismo. Muchos de los que hablan de Cristo en el mundo son como los discípulos antes del Pentecostés, rendidos por Cristo, pero no invadidos por Él; pues necesitamos después de rendirnos, dejarnos invadir. Después del Pentecostés los discípulos no necesitaron ser enseñados, ellos solo necesitaron la oportunidad para liberar lo que se les había revelado.

 

Si Jesús no se atrevió a hablar de Él mismo, ¿cómo lo puedo yo hacer hoy?

Si Jesús solo habló lo le que fue revelado a Él por el Padre, ¿cómo es posible que yo predique algo que no ha sido revelado a mí?

Entonces, cuando compartamos el evangelio, debemos hablar del Cristo revelado por Dios, a través de su Espíritu Santo, a nuestro espíritu.

 

¡¡¡Cuando abrimos la boca para compartir lo que hemos recibido de Dios

en nuestro encuentro personal con Él, algo maravilloso sucede

a los que nos escuchan, porque sus vidas serán impactadas

no por meras palabras, sino por el toque de Dios!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY QUIERO QUE EL SEÑOR TOQUE MI BOCA, PARA QUE DE ELLA SOLO SALGAN LAS PALABRAS QUE TRANSMITAN LA REVELACIÓN DE ÉL. HOY QUIERO SER INVADIDO EN TODAS LAS ÁREAS DE MI VIDA POR EL SEÑOR JESÚS.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, Immanu El, Dios está y es Revelado a Nosotros (Isaías 7:14). Mi amado Señor y Salvador Jesucristo, gracias por la manifestación de tu amor, gracias porque tus palabras son puestas en mi boca y si hoy he de hablar con alguien, o enseñar o predicar, no quiero que sean sólo palabras aprendidas en forma humana, sino que antes de compartir lo que deseo sea recibido como una revelación personal a mi corazón. Sé que toda revelación personal no puede estar por encima de las Sagradas Escrituras, pero esa revelación más bien es la comprensión de tu Palabra para una específica situación de mi vida que luego tocará a otros. Gracias, porque tu compañía es real y pones tus palabras en mi boca. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri