miércoles, 6 de octubre de 2021

RENUNCIEMOS

 

GÉNESIS 22:1-3 Tiempo después, Dios probó la fe de Abraham.

-       ¡Abraham!, lo llamó Dios.

-       Sí, respondió él, aquí estoy.

-       Toma a tu hijo, tu único hijo, sí, a Isaac, a quien tanto amas, y vete a la tierra de Moriah. Allí lo sacrificarás como ofrenda quemada sobre uno de los montes, uno que Yo te mostraré.

A la mañana siguiente, Abraham se levantó temprano. Ensilló su burro y llevó con él a dos de sus siervos, junto con su hijo Isaac. Después cortó leña para el fuego de la ofrenda y salió hacia el lugar que Dios le había indicado. (NTV)

 

De las recompensas de la renuncia.

Aunque muchas veces es una lucha ponerlo todo a los pies de Cristo, una cosa que he aprendido es que no siempre tengo que entender cómo Dios va a realizar sus planes.  Lo único que Él pide es que rinda mi voluntad a la suya, y que confié en que Él me mostrará el camino (Proverbios 3:5,6). La disposición de Abraham de renunciar a lo de más valor para él, provenía de su fe inquebrantable en la fidelidad del Señor.

 

Sin embargo:

Si usted le dice "No" a Dios porque Él no le ha explicado la razón por la que quiere que haga algo, entonces usted se estará privando a sí mismo de la bendición.

Pero cuando le dice "Sí", Dios derrama su bondad y recompensa su obediencia.

Lo que importa más que las bendiciones materiales, son las cosas que Él nos está enseñando espiritualmente. Tenga presente que su manera de recompensar no es como la de un padre que le niega algo a su hijo hasta que éste haga lo que él le pide. En realidad, obedecer al Señor nos posiciona para recibir lo que Él ya está tratando de darnos, lo que ya ha determinado para nosotros y para lograr nuestros propósitos. Por eso, cuando no confiamos en Él y nos negamos a hacer lo que dice, somos nosotros los que decidimos rechazar las bendiciones.

¿Qué le ha dicho Dios que haga?

¿Ha estado cooperando solo a medias?

¿O, como Abraham, ha renunciado a su necesidad de entender las razones para obedecer totalmente?

 

Si el Señor le dice que dé más de lo cree que puede dar, sepa que Él proveerá

lo que necesita con toda seguridad, ya sea que todo marche bien

o que se le haya abierto el piso bajo sus pies Él es siempre Fiel…

¡¡¡Cuando el hombre obedece a Dios, Él lo toma bajo su cuidado!!!

 

Se puede descansar en la seguridad de que el Todopoderoso cumplirá su Palabra.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO ME AFERRARÉ A NADA QUE DIOS ME PIDA, RENUNCIARÉ A LO QUE SEA NECESARIO, YA QUE CUANDO ÉL ME PIDE ALGO ES PORQUE ME DARÁ UNA BENDICIÓN MAYOR, Y ESTOY CONVENCIDO DE QUE ÉL SIEMPRE CUMPLE SU PALABRA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Olam, Dios Eterno (Génesis 21:33). Mi amado Dios y Señor Jesús, Simiente de Abraham (Gálatas 3:16), por quien yo soy también coheredero de la promesa. Hoy vengo clamando a Ti para que me ayudes a aceptar tus pedidos y a renunciar, a separarme de personas, sueños, proyectos y planes que no encajan en tu santa, bendita, buena y perfecta voluntad para mi vida, pues se que solo por el hecho de ser partícipe del Pacto que hiciste con mis antepasados puedo reclamar mi parte en la tierra prometida. Gracias Padre Celestial por hacerme coheredero juntamente con Cristo Jesús, he orado en su Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri