viernes, 6 de junio de 2014

ACOGERSE

 

ACOGERSE

 

HEBREOS 10:35,36 Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá! Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que Él ha prometido. (N.T.V.)

 

Cualquiera que sea la necesidad que podamos tener hoy en la vida, siempre podremos encontrar en la Palabra de Dios una promesa a la cual acogernos, que fácilmente se puede adaptar a  esa necesidad:

©    Si nos sentimos sin fuerza y cansados, existe una promesa como esta:

ISAÍAS 40:29 Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

Cuando leemos una promesa como esa podemos sentir el respaldo no solamente de la promesa, sino de Aquel que dio la promesa.

©    Si nos sentimos solos y abandonados, Él nos dice: 

HEBREOS 13:5B "No te desampararé, ni te dejaré".

Esa promesa nos hace recordar a Aquel quién la dijo y Él no miente, Él jamás dice algo que luego no cumple,  Dios siempre cumple todo lo que promete.

©    Si tenemos hambre de Dios, y deseamos buscarle con todo el corazón y alimentarnos de su bondad, encontramos entonces está promesa:

MATEO 5:6 "Bienaventurados los que tienen hambre y sed  de justicia, porque ellos serán saciados".

©    Si nos sentimos desconsolado porque el pecado nos ha llevado por camino de tristeza y nuestras rebeliones parecen aumentar, su promesa llega para decirnos: 

ISAÍAS 44:22 "Yo deshice como a nube tus rebeliones, y como a niebla tus pecados, vuélvete a mí".

 

Con estas promesas no solo encontramos fuerza y seguridad sino que nos hacen decir como el salmista: Acuérdate de la palabra que has dado a tu siervo, en la cual me has hecho esperar. Puedo llegar con seguridad, confianza y con mucho respeto ante el Trono de su Gracia y decirle, Señor Tu lo has dicho, he creído en tu Palabra y en ella he esperado, y al expresarlo mi alma se llena de confianza y seguridad.

Jesús ha dicho claramente:

-       El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran (Marcos 13:31). 

Sus promesas son como una fortaleza en medio de las dificultades y angustias diarias de la vida. La vida a veces nos sorprende, más en medio de esas sorpresas la Palabra de Dios también nos sorprende con una o varias promesas que se ajustan preciosamente a las sorpresas de la vida. Con Dios, las sorpresas de la vida no me asustan, más las promesas de Dios me asombran y a ellas me acojo.

 

CONFESIÓN DE FE:

PUEDO ACOGERME A LAS PROMESAS DE DIOS Y ESTAR SEGURO QUE NUNCA QUEDARÉ DEFRAUDADO.  SU PALABRA PERMANECE PARA SIEMPRE Y ELLA ME HACE ESTAR CONFIADO.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Emanuel, Dios con nosotros (Isaías 7:14). Mi amado Señor y Salvador Jesucristo, hoy quiero darte gracias por tus preciosas y grandísimas promesas, pues en esas promesas yo siempre puedo estar confiado, a ellas puedo acogerme. Una promesa tuya es como un cheque girado a mi nombre por el Presidente de un banco.  Tú eres el creador del universo y de mi vida. Tus promesas las puedo hacer efectivas en la realidad de tu presencia y en ellas puedo descansar. Gracias Jehová Jireh por tu provisión permanente en todas las áreas de mi vida. Amén.


Juan Manuel Lamus O.