viernes, 25 de abril de 2025

REYES Y SACERDOTES

 

APOCALIPSIS 5:9,10 (RV60)

Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque Tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la Tierra.

 

Los verdaderos seguidores de Jesucristo, que hemos sido llamados a adorarlo solo a Él y a servirle en su Reino, hemos sido constituidos por Él mismo como reyes y sacerdotes que reinaremos sobre la Tierra.

 

Según las Sagradas Escrituras, la ciudadanía del creyente está en el Cielo 

(Filipenses 3:20), es decir, no es que vamos a ser ciudadanos de un reino eterno; 

sino que ya lo somos; además…

¡¡¡Toda persona que confiesa a Jesucristo como Señor

es parte del Sacerdocio de Dios!!!

 

En la antigua cultura israelita, los sacerdotes, los levitas, eran los servidores privilegiados del Dios Todopoderoso. Realizaban todas y cada una de las tareas relacionadas con la observancia de la Ley y la preservación del bienestar espiritual de las personas. Se ocupaban del Templo, ofrecían sacrificios e intercedían a favor de la comunidad. Cuando Juan dice en Apocalipsis 1 que somos sacerdotes, nos está colocando en la categoría de un pueblo apartado como siervos de Dios. Es una bendición y un llamamiento para reverenciar al Señor, adorarle y honrarle, y para garantizar que toda la gloria sea dada a Su Nombre. La única tarea sacerdotal que no tenemos de ese tiempo ahora, es realizar sacrificios. Dios mismo ofreció el sacrificio final en la Cruz del Calvario, cuando Su Hijo Jesús murió en nuestro lugar (Hebreos 10:12). Nuestra parte es dar testimonio de la profundidad de su amor a todas las personas. (Efesios 3:17-19)

 

Una vez que usted comprende el hecho de que Dios ve a sus hijos, todos ellos antes esclavos del pecado, con amor incondicional, no pueden callar en cuanto a eso. Los seguidores de Cristo somos especiales a los ojos de nuestro Dios y Rey, somos una nación santa y un pueblo adquirido por Dios. (1 Pedro 2:9,10)

¿Qué está haciendo con su vida de seguidor, ejerce su sacerdocio?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE COMO SEGUIDOR DE JESUCRISTO, YA NO SOY DUEÑO DE MÍ MISMO (1 CORINTIOS 6:19), SOY UN SACERDOTE Y UN SERVIDOR PRIVILEGIADO DEL DIOS ALTÍSIMO, ASÍ QUE PROCURARÉ EJERCER CON DILIGENCIA Y MUCHO AMOR ESE HONROSO LLAMADO.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor nuestro, El Elyon, Dios Altísimo (Génesis 14:18). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, Tú eres Altísimo en Poder y Posición, y estas supremamente exaltado, estás sentado en lugares celestiales a la diestra de Dios Padre, y allí mismo nos has colocado a los que en Ti creemos y en Ti confiamos, a tus fieles seguidores; pero en este caso no para ser exaltados como Tú, sino para ejercer el sacerdocio al cual nos has llamado como hijos tuyos. Es para mí un privilegio, por eso hoy clamo a Ti para que me ayudes, Espíritu Santo de Dios, para ser ese sacerdote que Tú quieres en todos los aspectos de mi vida, de manera que no solo le pueda servir con diligencia y amor a mi entorno, sino también impactarlo. Gracias Padre Celestial por escogerme como parte de tu pueblo santo, del real sacerdocio que Tú, mí amado Señor y Salvador Jesucristo, determinaste; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri