jueves, 20 de octubre de 2016

REGRESAR

 

LUCAS 15:18-20 Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo:

"En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre! Volveré a la casa de mi padre y le diré: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero'".

Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. (N.T.V.)


©  El llamado de Dios al arrepentimiento, para regresar a sus brazos. (Leer Lucas 15:11-24)

En la parábola del hijo pródigo, el hermano menor pidió recibir su herencia antes de tiempo, para poder vivir según su voluntad. Después que el padre le dio su parte, tomó muchas decisiones imprudentes que lo llevaron al hambre y a la indigencia. Lo que pasó después ilustra el principio del arrepentimiento según Dios.

 

Después de despilfarrar todo su dinero, el joven se encontró alimentando puercos, uno de los trabajos más bajos. Un día volvió a sus cabales y reconoció su terrible situación. Su arrepentimiento comenzó con la conciencia de que había pecado contra Dios (Vs.18) y que la situación que vivía era como consecuencia de sus propios actos y decisiones. Al reconocer su comportamiento pecaminoso, declaró que ya no era digno de ser llamado hijo de su padre. Su sincero arrepentimiento y su confesión llevaron al joven a dejar todo y regresar a su casa. Su arrepentimiento fue completo cuando se volvió de sus viejos caminos y regresó a su padre.

©  El Señor nos llama, del mismo modo, a arrepentirnos y regresar a Él.

¡Qué gran bienvenida recibió el hijo pródigo! Después de verlo, el padre se llenó de compasión y corrió a abrazarlo. El hijo recibió perdón y aceptación, dos bendiciones que Dios ofrece a todo aquel que le pida. El hijo pródigo no se limpió a sí mismo antes de volver al hogar, simplemente dejó su vieja vida, regresó a casa, y confió en la misericordia de su padre. También el Señor nos llama a arrepentirnos, y nos ofrece perdón cuando nos apartamos de nuestros caminos, y buscamos la santidad. (1 Juan 1:9)

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE EL MEJOR CAMINO PARA REGRESAR AL PADRE ES EL ARREPENTIMIENTO, OBTENDRÉ PERDÓN POR TODAS MIS FALTAS, SERÉ RESTAURADO EN MI CONDICIÓN DE HIJO DE DIOS Y HEREDERO DE TODAS SUS PROMESAS Y BENDICIONES.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Rachum, Dios Clemente y Misericordioso (2 Crónicas 30:9). Mi Dios y mi Señor, tu naturaleza es de amabilidad, estás lleno de compasión y misericordia por tus hijos, y completamente libre de crueldad o mezquindad. Por eso hoy te pido, ayúdame a comenzar este día con una nueva actitud y con abundancia de gratitud. Por favor amplía mi mente para aceptar todos los designios de tu voluntad, y no permitas que gima y lloriquee sobre cosas que no puedo controlar. Y al terminar el día, perdóname por todo cuanto haya hecho, dicho o pensado que te haya ofendido, pues quiero regresar a ti como el hijo pródigo, gracias por recibirme nuevamente en tus brazos. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amen.


Juan Manuel Lamus O.