martes, 15 de octubre de 2024

ACTOS DE BONDAD

 

RUT 2:10-13 (NTV) Entonces Rut cayó a sus pies muy agradecida.

-       ¿Qué he hecho para merecer tanta bondad? le preguntó. No soy más que una extranjera.

-       Sí, lo sé, respondió Booz; pero también sé todo lo que has hecho por tu suegra desde la muerte de tu esposo. He oído que dejaste a tu padre y a tu madre, y a tu tierra natal, para vivir aquí entre gente totalmente desconocida. Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte, te recompense abundantemente por lo que hiciste.

-       Espero continuar siendo de su agrado, señor, respondió ella. Usted me consoló al hablarme con tanta bondad, aunque ni siquiera soy una de sus trabajadoras.

 

¡Cuán importante es la bondad hacia otros en tiempos de necesidad!

 

¡¡¡Si somos así, bondadosos con nuestros semejantes, nos parecemos a Dios, 

imitamos a Dios, mostramos verdaderamente el amor de Dios, porque

Él es bondadoso y amoroso, aún con los ingratos y los malos!!!

 

Pero es triste ser mezquinos con la gente que sufre y que nos necesita; peor aun cuando aprovechamos la necesidad de otros para ganar dinero, vendiendo lo que no se debe, como estos días de crisis algunos han vendido el agua potable, se han aprovechado de la gente, y otros sin dar nada teniendo la oportunidad de hacerlo. Estos días de desastres nos llaman a ser bondadosos, a desprendernos de parte de lo que Dios nos ha dado, a ser generosos, dadivosos, a… ser ricos en buenas acciones, generosos con los que pasan necesidad y estar siempre dispuestos a compartir con otros. De esa manera, al hacer esto, acumularán su tesoro como un buen fundamento para el futuro, a fin de poder experimentar lo que es la vida verdadera. (1 Timoteo 6:18,19)

 

☝🏼 La pregunta es: ¿Por qué debemos ser bondadosos con los demás?

Para los seguidores de Jesús, la respuesta es clara: para mostrar la misericordia y la bondad de Dios.

En el pasaje que estudiamos hoy, la historia de Rut, una inmigrante moabita, ilustra este principio. Esta mujer vivía en una tierra cuya cultura e idioma no entendía. Además, era sumamente pobre y dependiente por completo de la caridad de un pueblo que casi la ignoraba. Sin embargo, hubo un israelita que actuó bondadosamente y le habló al corazón (Vs.13). Permitió que ella cosechara en sus campos, pero, además de ser simplemente caritativo, le mostró con su compasión la misericordia y la bondad amorosa de Dios, Aquel bajo cuyas alas ella podía refugiarse. Finalmente, Rut se convirtió en la esposa de aquel hombre, Booz, en parte de la familia de Dios, en bisabuela de David y en antepasada de Jesús, quien trajo la salvación al mundo (ver Mateo 1:1-16).

 

Cuando compartimos nuestra bondad con los necesitados hay un gozo tremendo en los que lo hacen y un respiro tremendo en los que lo reciben. Es como el agua fría al alma sedienta. Nunca sabemos qué puede lograr una obra de bondad hecha en el nombre de Jesús, y cuando miramos la situación de otros, debemos pensar que podríamos también estar nosotros como ellos. (Filipenses 2:4)

Nunca es demasiado tarde para ser bondadoso, esfuércese y cobre ánimo.

 

CONFESIÓN DE FE:

LA GENTE QUE NOS RODEA QUIERE VER EJEMPLOS VIVIENTES DE LA BONDAD DE DIOS, MODELOS GENUINOS QUE PRACTICAN LA PALABRA, Y HOY QUIERO MOVERME EN ESA DIMENSIÓN DE BONDAD INTERESANDOME EN LOS DEMÁS.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, Adonai, Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 17:14). Mi amado Rey y Señor, Jesucristo, Tú has sido para mí un modelo de bondad viviente y en Ti puedo ver las virtudes y características de un verdadero siervo, aquel que está verdaderamente interesado en los demás y no sólo en sí mismo. Hoy quiero darte gracias por llamarme a ser un siervo bondadoso. Sin embargo estoy consciente que en mis fuerzas no puedo, pero contigo y la guía del Espíritu Santo sí, porque Tú vives en mí. Así que clamo hoy a Ti para que me des esas fuerzas y esa sabiduría que se necesita para hacerlo con responsabilidad y mucho amor, y lograr que lo que la gente vea en mí o a través de mí, sea solo el reflejo de tu Gloria. Gracias Padre Celestial por tu Hijo amado Jesucristo y el estilo de vida de servicio bondadosos que nos ha enseñado y modelado; he orado en su Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri