sábado, 15 de junio de 2019

EXHORTACIÓN DE UN PADRE MAYA A SU HIJO

 

Hijo mío, criado y nacido en el mundo por Dios, en cuyo nacimiento nosotros tus padres y parientes pusimos los ojos.  Has vivido y salido como el pollito del cascarón, y creciendo como él, te ensayas al vuelo y ejercicio temporal.

 

No sabemos el tiempo que Dios querrá que gocemos de tan preciosa joya. Vive, hijo, contento y encomiéndate al Dios que te creó, que te ayude, pues es tu Padre, que te ama más que yo. Suspira a Él de día y de noche, y en Él pon tu pensamiento. Sírvele con amor y te hará mercedes y te librará de peligros.

 

A todos honra, y más a tus padres, a los cuales debes obediencia, servicio y reverencia.  Ama y honra a todos, y vivirás en paz y alegría.  Si no fuera de tu oficio, o no tuvieras cargo de hablar, calla, y si lo tuvieras, habla, pero cuerdamente y no como bobo que presume, entonces será estimado lo que dijeras.  No salgas ni entres delante los mayores.  No hables primero que ellos, ni atravieses por delante, para que no seas notado por malcriado. No comas ni bebas primero, antes sirve a los otros.

 

Si te fuere dado algo, aunque sea de poco valor, no lo menosprecies.  No tomes ni llegues a la mujer ajena, ni por otra vía seas vicioso.  Si te quisieres casar, danos primero parte de ello, y no te atrevas a hacerlo sin nosotros.  Hijo, no seas ladrón ni jugador, porque caerás en gran deshonra y nos causarás afrenta, debiéndonos de dar honra.  Trabaja de tus manos y come de lo que trabajares, y vivirás con descanso.  No murmures ni digas mal de alguno.  No mientas ni te des a parlerías.  Vive limpiamente, porque no se vive esta vida dos veces, y con trabajo se pasa, y todo se acaba y fenece.

 

No ofendas a alguno, ni le quites ni tomes su honra.  Toma, hijo, lo que te dieran y da las gracias.  No presumas mucho, aunque tengas muchos bienes, ni menosprecies a los que no tuvieran tanto.

 

Con estos avisos te ciño y fortifico, y te hago misericordia.  Mira, hijo, que no los olvides, ni de ti los deseches.

 

Un Padre Maya

 

PROVERBIOS 1:8,9

Hijo mío, presta atención cuando tu padre te corrige;

no descuides la instrucción de tu madre.

Lo que aprendas de ellos te coronará de gracia

y será como un collar de honor alrededor de tu cuello. (NTV)

 

ORACIÓN DE UN PADRE POR SU HIJO

 

Dame ¡Oh Dios! Un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo; un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada, y humilde y magnánimo en la victoria.

 

Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho; un hijo que sepa conocerte a Ti y conocerse a sí mismo, que es la piedra fundamental de todo conocimiento.

 

Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos, allí déjalo aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan.

 

Dame un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos, un hijo que se domine a sí mismo antes de pretender dominar a los demás, un hijo que aprenda a reír pero que también sepa llorar, un hijo que avance hacia el futuro, pero que nunca olvide el pasado.

 

Y después, que le hayas dado todo esto te suplico entregarle suficiente sentido del buen humor, de modo que pueda ser siempre serio, pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio, dale humildad para recordar siempre la sencillez de la verdadera sabiduría y la mansedumbre de la verdadera fuerza.

 

Entonces yo me atreveré a murmurar:

 

¡¡¡Como padre, no he vivido en vano!!!

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad


Juan Manuel Lamus O.