lunes, 15 de diciembre de 2014

SALIR

SALIR

 

ROMANOS 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados. (V.R.V.)

 

©      Sacudiéndonos podremos salir del pozo.

 

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal rebuznó fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo qué hacer. Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.

 

Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y se desesperó horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra.

El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio...

Con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble, se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando.

 

La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra.

©      El truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba.

Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos.

©      Usa la tierra que te echan para salir adelante.

 

CONFESIÓN DE FE:

CON LA AYUDA DE DIOS SIEMPRE SALDRÉ ADELANTE, PERO ES NECESARIO QUE YO MISMO ME SACUDA TODA LA TIERRA QUE OTROS PUEDAN ECHAR SOBRE MI Y UTILIZARLA REFLEXIVAMENTE PARA SALIR ADELANTE.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (Salmo 27:1). Gracias Padre Celestial, porque sé que siempre estas a mi lado y en control total de mi vida, todo lo que haces es por mi bien y me das la capacidad de entender tus razones y aceptar tu voluntad para mi vida. Por eso hoy puedo orar como lo hizo David cuando dijo: El Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar? Cuando los malvados vengan a devorarme, cuando mis enemigos y adversarios me ataquen, tropezarán y caerán. Aunque un ejército poderoso me rodee, mi corazón no temerá. Aunque me ataquen, permaneceré confiado gracias a Ti, mi amado Señor y Salvador Jesucristo. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.