lunes, 18 de mayo de 2020

FRUTO ESPIRITUAL

 

HECHOS 1:6-8 Así que mientras los apóstoles estaban con Jesús, le preguntaron con insistencia:

-      Señor, ¿ha llegado ya el tiempo de que liberes a Israel y restaures nuestro reino?

Él les contestó:

-      Solo el Padre tiene la autoridad para fijar esas fechas y tiempos, y a ustedes no les corresponde saberlo; pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra. (NTV)

 

El fruto espiritual es el poder de Dios dentro de todos nosotros, que produce carácter para dominar nuestra conducta y nuestro temperamento.

 

El Espíritu de Dios trabaja en cada creyente. No se limita a pastores, misioneros o ministros. Si usted ha recibido a Jesucristo como su Salvador personal, entonces en su interior mora el mismo poder que resucitó a Cristo de los muertos (Romanos 8:11). El Espíritu Santo derrama su poder para crear un carácter santo en todos los que siguen a Dios. El Fruto del Espíritu recibe ese nombre porque es el carácter y la conducta que el Espíritu Santo produce en los creyentes, son cualidades derivadas del amor que Él derrama en nosotros, y que no podemos generar por sí mismos, tenemos que desarrollarlas en nuestra cotidianidad.

 

El mensaje más poderoso que podemos dar no es un testimonio verbal ni un sermón; es la forma en que vivimos cuando estamos bajo presiones, cuando la prueba es enorme, o cuando estamos sepultados bajo una avalancha de problemas. Lo que más necesita ver el mundo en esta cultura moderna, es familias consagradas a Dios cuyos miembros se amen unos a otros; personas que hagan sus negocios con integridad y moderación y hombres y mujeres jóvenes que elijan la pureza moral. Es decir, el mundo necesita ver creyentes que sean obedientes al Señor. Al mostrar paz en vez de ansiedad, o practicar la paciencia en vez de decir una palabra hiriente, el cristiano da testimonio de la hermosura del Evangelio. Atraemos a los no creyentes a Cristo por medio de nuestras palabras y nuestros hechos. Podrán rechazar una doctrina, pero no podrán ignorar una vida recta.

 

El mensaje más fuerte del Evangelio no proviene de un púlpito,

el testimonio más poderoso en favor de Jesucristo, donde usted trabaja,

vive o descansa, es usted mismo, así que…

¡¡¡Deje ver el Fruto Espiritual en su vida, será un reflejo de Él para los demás!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

ME SOMETERÉ A LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO, Y ESTOY SEGURO DE QUE ÉL PRODUCIRÁ UNA GRAN COSECHA DE FRUTO ESPIRITUAL EN MI VIDA, PARA VIVIR DIGNAMENTE Y DAR BUEN TESTIMONIO DE MI SEÑOR JESUCRISTO.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, Elohim Chaiyim, Dios Viviente (Jeremías 10:10). Mi amado Espíritu Santo de Dios, Tú eres quien nos convence de pecado, de justicia y de juicio. Hoy clamo y me amparo en Ti para que nunca dejes de trabajar en mi vida, la cual yo he decidido someter completamente a tu voluntad, a tu guía e instrucción permanente, para que el fruto del espíritu sea totalmente evidente en mi comportamiento, mi conducta y mi manera de relacionarme con mis semejantes y de esa manera ser buen testimonio de Ti. Gracias te doy por ese poder infinito que me has dado para forjar mi carácter y poderlo llevar a la estatura y a la plenitud de Cristo Jesús. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por el estilo de vida que modelaste en tu paso por esta tierra, pues nos marca un derrotero; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.