jueves, 11 de enero de 2018

SIRVAMOS

 

ÉXODO 23:25,26

Sirve solamente al Señor tu Dios. Si lo haces, Yo te bendeciré con alimento y agua, y te protegeré de enfermedades.  No habrá en tu tierra ninguna mujer que pierda su embarazo o sea estéril; Te daré una vida larga y plena. (N.T.V.)

 

 Sirvamos al Señor de corazón; con gozo y con denuedo, es decir con esfuerzo y valentía; es, además de una bendición, un honor y un privilegio que Él nos da.

¡Qué magnífica promesa! Servir a Dios es un gran gozo, pero ¡qué gran privilegio si su bendición reposa sobre nosotros en todo! Las cosas más ordinarias son santificadas y benditas cuando estamos consagrados al Señor. Jesús tomó pan y lo bendijo: el pan que nosotros comemos es pan bendito. Jesús bendijo el agua y la trocó en vino: el agua que nosotros bebemos es mucho mejor para nosotros que el vino que regocija a los hombres; cada una de sus gotas lleva consigo una bendición. La bendición Divina reposa sobre el hombre de Dios en todas las cosas y permanecerá con él en todo tiempo. 

 

♥ ¿Y si no tenemos más que pan y agua? Siempre son pan y agua bendecidos. Pan y agua tendremos. Ambas cosas están incluidas en la promesa, porque son necesarias para que Dios las bendiga. 

 "Se le dará su pan y sus aguas serán seguras" (Isaías 33:16B). 

Cuando Dios se sienta a nuestra mesa, no sólo pedimos la bendición, sino que ya la tenemos. Dios nos bendice no solamente en el altar, sino también en la mesa. Sirve bien a quienes le sirven, y esta bendición de la mesa no es una deuda, sino un don; gracia triple en realidad, porque nos concede la gracia de servirle, nos alimenta con el pan de su gracia y lo bendice con su gracia.

 

Hoy tenemos una gran oportunidad para que sirvamos a Dios con todo el corazón. Servir a Dios es demostrar lo agradecidos que estamos con Él. No te detengas de servir a Dios, no importa si lo que tienes en tus manos es poco o mucho, Él mira la actitud del corazón y no cuan perfectos o capacitados podemos estar. Puede que el enemigo intente detenerte haciéndote creer que no eres suficientemente bueno o que no posees los dones que otros tienen, pero ten la certeza de que Dios fue quien te escogió y te puso en el lugar donde estas.

♥ Sirvamos a Dios, es un privilegio y un honor que Él nos hace al permitírnoslo, ya que de esa manera somos parte de sus planes soberanos para la humanidad.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ CON GOZO Y CON DENUEDO, CON ESFUERZO Y VALENTÍA, AMOR Y EXCELENCIA, SERVIR A DIOS COMO JESÚS LO HIZO, SIN CONDICIONES, SIN ESPERAR NADA A CAMBIO, DANDO LO MÁXIMO DE MÍ Y ENTENDIENDO QUE ES UN HONOR Y UN PRIVILEGIO QUE ÉL ME DA.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Adonai, Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:16). Señor Jesús, Siervo de Dios por excelencia, hoy vengo a tu Presencia clamando, suplicando desde lo más profundo de mi corazón, ayúdame, pues no quiero olvidar el alto nivel del llamado que me has hecho. Hoy encontraré muchas oportunidades para servir y quiero que el servicio que presto llegue a todos los que me rodean. Ayúdame hoy a ser canal de servicio de la misma manera que Tú lo fuiste. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por tu modelaje de servidor esforzado y valiente, incondicional, amoroso y en excelencia, gracias por tu amor y bondad, gracias por darme la oportunidad de servirte en este día pues es un privilegio y un honor para mí. He orado en tu Poderoso Nombre, Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.