miércoles, 22 de julio de 2020

RELACIÓN PRECIOSA

 

JUAN 14:21-26 Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a mí, mi Padre los amará a ellos. Y Yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos.

Judas (no Judas Iscariote, sino el otro discípulo con el mismo nombre) le dijo:

-      Señor, ¿por qué te darás a conocer solo a nosotros y no al mundo en general?

Jesús contestó:

-      Todos los que me aman harán lo que Yo diga. Mi Padre los amará, y vendremos para vivir con cada uno de ellos. El que no me ama no me obedece. Y recuerden, mis palabras no son mías; lo que les hablo proviene del Padre, quien me envió. Les digo estas cosas ahora, mientras todavía estoy con ustedes. Sin embargo, cuando el Padre envíe al Abogado Defensor como mi representante, es decir, al Espíritu Santo, Él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho. (NTV)

 

Dios, nuestro amigo, es la relación más preciosa e importante que debemos cultivar.

La Palabra de Dios está llena de muchas promesas asombrosas, y el pasaje que estudiamos hoy no es una excepción. Es difícil para nosotros comprender la magnitud del compromiso del Señor con quienes lo aman y lo obedecen, pero miremos bien lo que promete sobre quienquiera que sea su seguidor:

"Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él" (Vs.23 RV60).

 

¡¡¡La relación con Dios es la más preciosa y estrecha que podríamos tener,

y es asombroso saber que este vínculo personal es con

el Todopoderoso y Soberano Creador de todo!!!

 

He aquí algunas maneras de cultivar esta bendición tan maravillosa:

1.     Buscar una relación estrecha con Dios.

Aunque el amor de Dios es derramado en nuestro corazón en el momento de la salvación a través del Espíritu Santo, nuestra comprensión de ese amor aumenta a medida que llegamos a conocerlo por medio de Su Palabra (Efesios 3:17-19).

2.    Mantener una relación estrecha con Dios.

Para lograrlo, debemos ser obedientes a la Palabra de Dios. Cuando desobedecemos o vamos tras algo que no sea el Señor, nuestra comunión con Él se fractura (Salmo 66:18).

3.    Comunicar la buena nueva acerca de la relación con Dios.

El mayor regalo que podemos dar a otras personas es una visión de nuestra amistad con Dios. Al escucharnos hablar de nuestra relación con Cristo, el Espíritu Santo puede usar nuestras palabras y nuestro ejemplo para despertar en nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo, la necesidad de tener tal conexión con Dios.

 

¿Qué está haciendo usted para acercarse más al Señor?

¿Y cómo está ayudando a otros a tener el deseo de conocer a Dios?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LA RELACIÓN CON DIOS ES LA MÁS PRECIOSA Y ESTRECHA QUE PODRÍA TENER CON ALGUIEN, PUES ES UN VÍNCULO PERSONAL CON EL TODOPODEROSO Y SOBERANO CREADOR DE TODO, ASÍ QUE LA CULTIVARÉ DE MANERA DILIGENTE Y CONCIENZUDA.

 

ORACIÓN:

Dios mío, Elohim-Elohay, Dios de dioses, Señor de señores (Deuteronomio 10:17). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, yo sé que hay otros llamados "dioses" y "poderes", pero Tú, el Fuerte, eres el Único y más poderoso que todos ellos, aún ellos te reconocen como el más poderoso. En este día vengo ante Ti porque quiero relacionarme en plenitud contigo, establecer como primera prioridad en mi vida mi relación contigo, con la consciencia de que es la relación más preciosa que pudiera tener. Por eso, me alejo de otras relaciones que pueden destruir mi vida y desviarme de tus caminos. Hoy decido mantenerme siempre cerca de Ti, Padre Celestial. Gracias Dios mío por estar siempre conmigo en cualquier situación, circunstancia o condición en que yo me encuentre. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.