viernes, 22 de abril de 2016

LA GRAN COMISIÓN

 

MATEO 28:18-20 Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: 

-  Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos. (N.T.V.)

 

©  La Gran Comisión no es una opción para el discípulo, es una orden. Debemos llevar el Evangelio, las buenas nuevas de Cristo, a las naciones.

©  ¿Dónde estaríamos hoy si no tuviéramos  el Evangelio? Como dijo el apóstol Pablo:

-  "sin esperanza y  sin Dios en el mundo". (Efesios 2:12B)

 

Es muy triste  que en la actualidad así se encuentren muchas  personas en el mundo, sin Dios y sin esperanza. No obstante, en Cristo  hay esperanza para ellos porque Él es el único  camino para ir al Padre (Juan 14:6), aunque  muchos no hayan tenido oportunidad de saber  nada al respecto. Por eso es que una iglesia  siempre debe estar dispuesta y preparada para  realizar "La Gran Comisión" donde sea necesario.

 

En las últimas instrucciones que Cristo dejó  a sus seguidores antes de ascender al cielo,  les recordó que ellos eran testigos de que Él  había muerto y resucitado, por lo que se debía  predicar en su nombre "el arrepentimiento y  el perdón de pecados en todas las naciones"  (Lucas 24:47). Como ellos, nosotros debemos recordar  que siempre que Dios implanta una visión en  nuestros corazones, lo hace con miras a un  propósito y un beneficio que Él desee llevar a  cabo. Si nosotros le obedecemos dando el primer  paso, Él nos dirigirá en todos los subsecuentes y  suplirá todo lo que necesitemos para desarrollar esa visión. El mensaje que puede transformar la vida  de cualquier persona y prepararle para la  eternidad, el Evangelio, las buenas nuevas de Cristo, sigue siendo proclamado y nosotros tenemos el deber y la responsabilidad, que se convertirá en placer y deleite, como verdaderos seguidores y discípulos de Cristo, de llevarlo a las naciones, esta es "La Gran Comisión" del discípulo.

 

CONFESIÓN DE FE:

DEBIDO A  TODO ESTO, NINGUNO DE NOSOTROS DEBE NEGARSE A  COMPARTIR SU FE NI LAS IGLESIAS DEBEN IGNORAR SU  RESPONSABILIDAD DE IMPULSAR LA TAREA EVANGELÍSTICA  CONFORME A LOS DESEOS DE NUESTRO REDENTOR, EJERCER CON AMOR, RESPONSABILIDAD Y SIN CONDICIÓN "LA GRAN COMISIÓN".

 

ORACIÓN:

Espíritu Santo de Dios, eres el Sello de la Promesa (Efesios 1:13). Padre Celestial, cuando creímos en Cristo como nuestro Señor y Salvador, Tu nos diste identidad de hijos tuyos y sellaste esa promesa con la presencia del Espíritu Santo morando para siempre en nuestros corazones y la seguridad de la vida eterna al lado tuyo, en "la Gloria de Dios". Que maravillosa noticia, se que este es el Evangelio que Tu quieres que nosotros, tus seguidores, prediquemos; por eso te pido hoy que nos ayudes, con tu poder, con tu sabiduría, pero especialmente con tu Santo Espíritu a ir y cumplir con "La Gran Comisión" que nos dejaste, sin reparos, sin temor ni condiciones. Gracias Señor Jesús por escogernos para proclamar tu Evangelio a las naciones. Amén.

Juan Manuel Lamus O.