viernes, 1 de noviembre de 2019

CREDIBILIDAD

 

HEBREOS 12:28,29 Así que, recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor. (RV60)

 

Del poder de la credibilidad de un verdadero discípulo seguidor de Cristo.

Como hijo y siervo de Dios no solo debo ser un discípulo que cree sino, además, un discípulo con credibilidad. No es muy útil que yo pueda hablar de la Gracia de Dios a menos que esa gracia esté operando en mí y la gente lo pueda notar.

 

En una ocasión un hombre de empresa dijo a sus empleados:

-       "Mi reputación está en sus manos".

¿Acaso no podría el Señor Jesús decirnos lo mismo a nosotros, si decimos que somos sus discípulos?

En un sentido podemos decir que el destino de otros descansa sobre los que nos llamamos, "seguidores de Jesús". No en un sentido absoluto, pero sí en un sentido funcional. Creo que, en ese sentido, Pablo pudo decir:

¡¡¡Sed imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo!!!

 

Nuestra influencia sobre otros para seguir a Jesús debe comenzar con nuestra credibilidad. Que ellos puedan creer lo que nosotros creemos, no porque los convencemos con palabras sino con nuestra vida. Sí, que este día al depender del Señor en todas las situaciones podamos trasmitir a otros esa credibilidad y ellos puedan terminar convencidos de que son el objeto del amor de Dios y del sacrificio redentor de Cristo, que ellos son de infinito valor para Dios. No podemos persuadir a los demás del amor de Dios a menos que ellos vean en nosotros el amor inocente, que es la característica de un discípulo lleno del Espíritu Santo.

La gente que nos rodea hoy quiere creer, pero no creer en filosofías huecas y vanas sutilezas, sino creer en el Señor, sin embargo, buscan hechos que les conmuevan.

 

¡¡¡Nuestra vida como discípulos necesita ser un hecho que convenza a otros

de que el verdadero cristianismo realmente funciona!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

NO QUIERO SER SOLO UN CRISTIANO QUE CREE, SINO UN DISCÍPULO, UN VERDADERO SEGUIDOR DE CRISTO CREÍBLE, UNO QUE TRASMITA CREDIBILIDAD EN LO QUE DIGO TENER EN JESÚS Y POR ÉL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Olam, Dios Eterno (Génesis 21:33). Mi amado Rey y Señor Jesucristo, hoy quiero reconocer que te he recibido en mi vida y he sido recibido en un Reino inconmovible, el Reino de los Cielos, el cual opera hoy en medio de mi realidad. Por lo tanto, quiero tener gratitud en mi corazón por ese hecho y, mediante esa gratitud, quiero servirte con temor y reverencia, consciente de que otros mirarán y entenderán la realidad de tu Reino en la manera como ellos puedan ver en mi estilo de vida que ese Reino me ha afectado profundamente. Sé que es parte del testimonio que debo dar de lo que Tú has hecho y harás en mi vida, y es por todo eso que quiero agradecerte hoy el poder sentir que verdaderamente soy un hijo, un seguidor y siervo tuyo, gracias, mi amado Señor y Salvador Jesucristo; he ordo en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.