miércoles, 18 de mayo de 2022

EL CELO

 

SANTIAGO 4:4-8 ¡Gente infiel! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, quien pretende tener al mundo por amigo, se hace enemigo de Dios. Pues no dice en vano la Escritura: "Dios ama celosamente al espíritu que puso en nosotros". Aunque su benevolencia es siempre mayor, y por eso dice también la Escritura: Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes. Sométanse, pues, a Dios y resistan al diablo, que no tendrá más remedio que huir. Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. ¡Limpien sus manos, pecadores! ¡Purifiquen sus corazones, ustedes que se portan con doblez! (BLPH)

 

De cómo debemos mantener el celo por adorar y agradar solamente a Dios.

Los verdaderos seguidores de Jesucristo no pueden ser excusados por su falta de celo, su corazón debe arder con viva pasión por el Señor y Salvador de su vida.

 

Celar es un rasgo negativo en las personas, pero para el Todopoderoso es un atributo sagrado.

 

Dios quiere ser nuestra principal prioridad, el amor de nuestras vidas

y se entristece cuando adoramos a alguien además de Él, ya que…

¡¡¡Solo el Señor merece toda la gloria y nuestra adoración!!!

 

Cuando leemos el Antiguo Testamento, es posible que no entendamos por qué la gente se postraba delante de ídolos que habían hecho con sus propias manos, seguro que no pensaban que estaban vivos y que eran poderosos, pero nosotros cometemos un error parecido cuando valoramos a "ídolos" como el dinero, personas, apariencia y poder. Aunque no son malos, pueden convertirse en objetos de adoración si dejamos que tengan demasiada importancia. Es por eso por lo que Dios es celoso de nuestros corazones.

Por dos razones nuestro Padre Celestial no permite que la devoción de sus hijos se desvíe:

1.     Él merece toda la gloria.

2.    Su amor por nosotros es tan grande que quiere lo mejor de nuestras vidas.

 

En realidad, alabarle, adorarle y agradarlo por encima de todo, es lo mejor para nosotros. Por tanto, cuando nuestros corazones no pertenecen exclusivamente a Cristo, Dios nos disciplina. Muchas veces esto significa dejar que los problemas en nuestras vidas maduren nuestra fe y nos recuerden quién es el único y solo Dios. Piense en qué invierte su tiempo y su dinero, y qué domina sus pensamientos. Aunque sus intereses parezcan buenos en la superficie, pídale al Señor que le revele todo lo que se ha convertido en un ídolo en su vida.

 

Confiésele su pecado y pida al Señor su ayuda para hacerlo, a Él, objeto único de su devoción.

 

CONFESIÓN DE FE:

SE QUE DEBO AGRADAR SOLO A DIOS, DEBO TODA MI ALABANZA Y ADORACIÓN SOLO AL SEÑOR, ENTONCES ELIMINARÉ TODOS ESOS ÍDOLOS QUE, CONSCIENTE O INCONSCIENTEMENTE, PRETENDEN APROPIARSE DE LO QUE SOLO DIOS MERECE, PUES ÉL CELA MI CORAZÓN POR SU AMOR Y SU INTERÉS POR MÍ.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, Elohim HaRuchot LeKol Basar, Dios de los espíritus de toda carne (Números 16:22). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, yo sé que nos has creado con dimensiones físicas y espirituales y clamas soberanía sobre nuestro cuerpo y alma, carne y espíritu; de manera que puedo entender el celo que debo tener por Ti, y el celar tuyo como atributo al cual yo puedo acogerme, para que mi alabanza y mi adoración, es decir la relación íntima que sostengo contigo, sea prioridad en mi vida y así honrar tu presencia y bendiciones permanentes y abundantes sobre mi vida. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por permitirme ser tu adorador en espíritu y en verdad y ayudarme a mantener el celo por adorarte y agradarte solo a Ti; he orado en el tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri