lunes, 26 de abril de 2021

ACOMPAÑANTE

 

JUAN 14:15-18 Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y Yo le pediré al Padre, y Él les enviará otro Consolador para que siempre esté con ustedes. Él es el Espíritu de verdad; el mundo no lo puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. No los voy a dejar huérfanos; volveré a estar con ustedes. (NBV)

 

El Espíritu Santo, nuestro acompañante incomparable y permanente en la vida.

La soledad se hará presente en la vida de toda persona en algún momento. Sin embargo…

 

Los seguidores de Cristo nunca estamos solos, porque Dios nos ha dado

un acompañante incomparable y permanente, el Espíritu Santo

¡¡¡Él es el Consolador y Ayudador que está con nosotros para siempre!!!

 

Nadie puede prometer estar siempre disponible para otra persona; el tiempo, la distancia, e incluso la muerte, pueden separar a dos personas que habrían preferido enfrentar las dificultades juntas. Afortunadamente, por haber enviado al Espíritu Santo a habitar dentro de nosotros, Jesucristo mantiene su promesa de nunca dejarnos ni desampararnos (Hebreos 13:5B). Esto significa que la relación con nuestro Acompañante es más grande que cualquier relación humana que tengamos. Puesto que el Espíritu de Dios es una persona de la Trinidad, Él es capaz de dar respuesta a todas nuestras necesidades.

 

Dios nos diseñó para estar completos solamente cuando habita en nosotros Su Espíritu, lo cual se produce en el momento de la salvación. Sin embargo, tenemos la opción de ignorar al Espíritu Santo. Por ejemplo, algunas personas intentan tercamente saltarse lecturas de la Biblia cuando encuentran inconveniente la Palabra de Dios. Esta clase de vida se caracteriza por descontento, paz fugaz y soledad permanente en el corazón.

 

El Espíritu Santo es nuestro parákletos, o acompañante que "camina a nuestro lado". Si nos mantenemos alejados de Él, nos distanciamos del Padre, también.

Pero si le pedimos al Espíritu Santo que guíe nuestros pasos, abra nuestra mente a los caminos de Dios y nos revele la verdad, Él estará disponible para hacerlo.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE NADA DE LO QUE ENFRENTO ES MÁS GRANDE QUE EL DIOS OMNIPRESENTE QUE VIVE DENTRO DE MÍ, EL AYUDADOR DIVINO, EL ESPÍRITU SANTO, MI ACOMPAÑANTE INCOMPARABLE Y PERMANENTE, ASÍ QUE PERMITIRÉ QUE SIEMPRE SEA MI GUÍA Y MI CONSUELO.

 

ORACIÓN:

Espíritu Santo de Dios, Parákletos, El Ayudador Divino (Juan 14:26). Mi amado Dios y Espíritu Santo, gracias, infinitas gracias quiero darte hoy por ser mi acompañante permanente en la vida, mi Ayudador Divino, por ser ese consuelo en toda circunstancia de soledad o adversidad por la que yo pueda estar pasando o la que vaya a pasar, pues sé que tu poder, tu autoridad y tu mano que me levantan, estarán siempre dispuestas y prontas para hacerlo; solo te clamo hoy para que mi fe, mi certeza y mi convicción de tu trabajo y compañía en mi vida nunca desfallezcan ante las circunstancias y pueda verte realmente como esa ayuda Divina y siempre oportuna. Gracias Padre Celestial por tu Santo Espíritu que me guía, me ayuda y me consuela. He orado en el Poderoso Nombre de mi Señor y Salvador Jesucristo ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri