domingo, 5 de diciembre de 2021

LA VISITACIÓN

 

¡¡¡El Advenimiento del Señor Jesús era una visitación esperada por mucho tiempo!!!

 

El profeta Zacarías, padre de Juan el Bautista, lleno del Espíritu Santo lo había profetizado diciendo:

 

LUCAS 1:68-71

"Alaben al Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

Nos envió un poderoso Salvador del linaje real de su siervo David,

como lo prometió mediante sus santos profetas hace mucho tiempo.

Ahora seremos rescatados de nuestros enemigos y de todos los que nos odian." (NTV)

 

Fíjese en dos puntos notables de estas palabras de Zacarías en Lucas 1:

1.     Primero, nueve meses antes, Zacarías no podía creer que su esposa tendría un hijo. Pero nueve meses después, lleno del Espíritu Santo, él estaba tan convencido de la obra redentora del Señor a través del Mesías, que la anuncia como algo ya sucedido.

 

2.    Segundo, la venida de Jesús el Mesías es una visitación de Dios a nuestro mundo: El Dios de Israel ha visitado y redimido.

 

Para el que tiene fe, un acto prometido por Dios

es tan actual como algo que ya se ha hecho.

Zacarías aprendió a confiar en la Palabra de Dios y,

por lo cual, tenía una seguridad notable:

¡¡¡Dios ha visitado y redimido!!!

 

Por más o menos 4 siglos, los judíos se habían lamentado bajo la convicción de que Dios les había abandonado.

El espíritu de profecía había cesado, Israel había caído en las manos de Roma.

Y todos los temerosos de Dios en Israel estaban esperando la visitación de Dios:

 

Lucas nos dice en 2:25 que el devoto Simeón esperaba la consolación de Israel.

Y en Lucas 2:38 Ana, ferviente en oración, esperaba la redención en Jerusalén.

 

Éstos eran días de gran expectativa.

La tan esperada visitación de Dios estaba a punto de suceder, sin duda, Él estaba a punto de venir de una manera que nadie esperaba.

 

LUCAS 2:25-32

En ese tiempo, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era justo y devoto, y esperaba con anhelo que llegara el Mesías y rescatara a Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él y le había revelado que no moriría sin antes ver al Mesías del Señor. Ese día, el Espíritu lo guió al templo. De manera que, cuando María y José llegaron para presentar al bebé Jesús ante el Señor como exigía la ley, Simeón estaba allí. Tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios diciendo:

"Señor Soberano, permite ahora que tu siervo muera en paz, como prometiste. He visto tu salvación, la que preparaste para toda la gente. Él es una luz para revelar a Dios a las naciones, ¡y es la gloria de tu pueblo Israel!". (NTV)

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad en esta Navidad


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri