lunes, 2 de agosto de 2021

LA GRAN COMISIÓN

 

MATEO 28:18-20 Jesús se acercó y dijo a sus discípulos:

Se me ha dado toda autoridad en el Cielo y en la Tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos. (NTV)

 

La Gran Comisión no es una opción para el discípulo, es una orden. Debemos llevar el Evangelio, las buenas nuevas de Cristo, a las naciones.

 

¿Dónde estaríamos hoy si no tuviéramos el Evangelio? Como dijo el apóstol Pablo:

¡¡¡Sin esperanza y sin Dios en el mundo!!!

(Efesios 2:12B)

 

Es muy triste que en la actualidad así se encuentren muchas personas en el mundo, sin Dios y sin esperanza. No obstante, en Cristo hay esperanza para ellos porque Él es el único camino para ir al Padre (Juan 14:6), aunque muchos no hayan tenido oportunidad de saber nada al respecto. Por eso es por lo que una iglesia siempre debe estar dispuesta y preparada para llevar a cabo "La Gran Comisión" con denuedo y adonde sea necesario.

 

En las últimas instrucciones que Cristo dejó a sus seguidores antes de ascender al cielo, les recordó que ellos eran testigos de que Él había muerto y resucitado, por lo que se debía predicar en Su Nombre "el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones" (Lucas 24:47). Como ellos, nosotros debemos recordar que siempre que Dios implanta una visión en nuestros corazones, lo hace con miras a un propósito y un beneficio que Él desee llevar a cabo. Si nosotros le obedecemos dando el primer paso, Él nos dirigirá en todos los subsecuentes y suplirá todo lo que necesitemos para desarrollar esa visión. El mensaje que puede transformar la vida de cualquier persona y prepararle para la eternidad, el Evangelio, las buenas nuevas de Cristo, sigue siendo proclamado y nosotros tenemos el deber y la responsabilidad, que se convertirá en placer y deleite, como verdaderos seguidores y discípulos de Cristo, de llevarlo a las naciones.

Esta es "La Gran Comisión" del discípulo.

 

Debido a todo esto, ninguno de nosotros debe negarse a compartir su fe ni las iglesias deben ignorar su responsabilidad de impulsar la tarea evangelista conforme a los deseos de nuestro Redentor, y ejercerla con amor, responsabilidad y sin condición.

Como discípulo de Jesucristo ¿Estás dispuesto a llevar a cabo "La Gran Comisión"?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÍ, COMO VERDADERO SEGUIDOR Y DISCÍPULO DE JESUCRISTO ESTOY TOTALMENTE DISPUESTO, DISPONIBLE Y PREPARADO PARA LLEVAR A CABO LA GRAN COMISIÓN QUE ÉL ME ENCOMENDÓ, PUES ADEMÁS ES UN PRIVILEGIO Y UN HONOR HABER SIDO ESCOGIDO POR ÉL PARA TAN ALTO MINISTERIO.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, Elohim Yishi, Dios de mi Salvación (Salmo 25.5). Espíritu Santo de Dios, eres el Sello de la Promesa (Efesios 1:13). Padre Celestial, cuando creímos en Cristo como nuestro Señor y Salvador, Tú nos diste identidad de hijos tuyos y sellaste esa promesa con la presencia del Espíritu Santo morando para siempre en nuestros corazones y la seguridad de la vida eterna al lado tuyo, en "la Gloria de Dios". Que maravillosa noticia, se que este es el Evangelio que Tú quieres que yo, como seguidor de Cristo, predique; por eso te pido hoy que me ayudes, con tu poder, con tu sabiduría, pero especialmente con tu Santo Espíritu a ir y cumplir con "La Gran Comisión" que nos dejaste, sin reparos, sin temor ni condiciones, pero con denuedo. Gracias Señor Jesús por escogernos para tan alto ministerio, el de proclamar tu Evangelio a las naciones; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri