jueves, 16 de abril de 2015

 

DECÍDETE

 

ROMANOS 6:16-18 ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta. Antes ustedes eran esclavos del pecado pero, gracias a Dios, ahora obedecen de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta. (N.T.V.)

 

©      Decidirnos a ser obedientes a Dios sin condición, sugiere cumplir con sus mandatos y preceptos que afirman nuestras convicciones, nuestros pasos de fe.

Aunque Dios es soberano y todopoderoso, muchos creyentes no confían en Su dirección. Piensan en la obediencia de una manera casuística, considerando de qué manera las consecuencias de sus decisiones pudieran afectar su vida. Pero el Señor quiere seguidores cuyo estilo de vida sea de obediencia; es decir, personas que hayan tomado la decisión consciente de rendirse a Su voluntad en todas las circunstancias.

 

Muchos de nosotros, cuando nos enfrentamos a la idea de la obediencia total, somos asaltados por pensamientos de ansiedad…

-       ¿Y si el Señor me pide que haga algo que no puedo hacer? o,

-       ¿Y si no quiero hacer lo que Él me pide?

Tememos no tener las fuerzas, la visión o la fe para cumplir con lo que Él nos manda hacer. Y tendríamos razón si confiáramos en nuestros propios recursos. Pero si nos decidimos a obedecer, Dios nos prepara en el momento justo para ir donde Él nos conduzca.

 

Un acto de obediencia nos prepara para el siguiente. Cada paso de fe nos muestra que Dios no sólo da las herramientas y la preparación para que hagamos Su voluntad, sino que también se encarga de las consecuencias. Sin embargo, a pesar de la fidelidad del Señor, aun los más creyentes cometen actos de rebeldía, ya que la obediencia es un proceso de aprendizaje. Jesús reprendió a Pedro varias veces, pero Él siguió preparando al discípulo para una vida de santidad.

Los creyentes aprendemos, tanto de los éxitos como de los fracasos, cómo tener un estilo de vida de consagración. Pero primero debemos tomar la decisión de obedecer al Señor no importa los resultados. Su soberanía demanda nuestra obediencia.

 

CONFESIÓN DE FE:

YO DECIDO HOY OBEDECER AL SEÑOR MI DIOS, SIN IMPORTAR LOS RESULTADOS, CONOZCO Y ESTOY SEGURO DE SU SOBERANÍA, Y SÉ QUE EL QUE OBEDECE NO SE EQUIVOCA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Olam, Soberano Dios Eterno (Génesis 21:33). Mi amado Señor, Dios Soberano, Omnipotente, Rey de gloria hoy vengo a Tu presencia para orar por mi y todos aquellos que estamos bajo Tu gobierno, Tu soberanía y cuidado, para que nos ayudes a entender y arraigar en nuestro corazón, de una vez por todas y definitivamente, la razón por la cual debemos siempre obedecerte y seguir tus designios para nuestra vida, ya que solo así podremos estar seguros de hacer los que es justo y necesario para crecer sanamente, ser fructíferos y llegar a las metas que Tu nos propones. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por todos Tus preceptos que me transforman, restauran y protegen. Amén.


Juan Manuel Lamus O.