viernes, 23 de junio de 2017

LA SANTIFICACIÓN

 

ROMANOS 6:17-22 Antes ustedes eran esclavos del pecado, pero gracias a Dios, ahora obedecen de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta. Uso la ilustración de la esclavitud para ayudarlos a entender todo esto, porque la naturaleza humana de ustedes es débil. En el pasado, se dejaron esclavizar por la impureza y el desenfreno, lo cual los hundió aún más en el pecado. Ahora deben entregarse como esclavos a la vida recta para llegar a ser santos. Cuando eran esclavos del pecado, estaban libres de la obligación de hacer lo correcto. ¿Y cuál fue la consecuencia? Que ahora están avergonzados de las cosas que solían hacer, cosas que terminan en la condenación eterna; pero ahora quedaron libres del poder del pecado y se han hecho esclavos de Dios. Ahora hacen las cosas que llevan a la santidad y que dan como resultado la vida eterna. (N.T.V.)


©  De la santificación del creyente.

El Señor tiene un plan grandioso para la vida de cada persona, que puede resumirse en una sola palabra: Santificación. Si usted se está rascando la cabeza pensando en lo que significa ese término, no es el único. Muchas personas, incluso algunos cristianos, no conocen su definición. Sin embargo, los creyentes deben procurar adquirir ese conocimiento, porque es una palabra importante que los define a ellos.

 

En su forma verbal la palabra santificar quiere decir "hacer santo" o "separar". Por tanto, cuando algo es santificado, es separado del uso común a uno sagrado. En el Antiguo Testamento, se nos dice que Dios santificó algunas cosas: hizo santo el día séptimo, apartó a la tribu de los levitas como sacerdotes e incluso consagró lugares como el Lugar Santísimo en el tabernáculo (Génesis 2:3; Números 3).

©  El Señor sigue santificando a las personas hoy.

Antes de que alguien reciba la salvación, está muerto espiritualmente (Efesios 2:1-3). Además, Romanos 5:10 nos dice que antes de llegar a la fe somos enemigos de Dios. Pero en el momento que alguien pone su fe en Jesús como su Salvador personal, sus pecados son borrados y es adoptado en la familia del Señor. Esa persona es luego apartada como un hijo de Dios para un propósito sagrado. Esto significa que los creyentes no estamos aquí simplemente para buscar nuestro beneficio personal, más bien, estamos para servir a Dios y glorificarlo, como miembros de la familia de Dios estamos llamados a reflejar su gloria. A los creyentes se les conoce como "santos", esta palabra tiene la misma raíz de santificación. Se nos conoce de esta manera, no porque vivimos vidas intachables, sino porque vivimos una vida consecuente con Aquel a quien representamos, la luz del mundo, el Señor Jesús.

 

CONFESIÓN DE FE:

DEJARÉ QUE LA LUZ DE JESÚS BRILLE A TRAVÉS DE MI PARA LOS DEMÁS, SER SANTO ES SER SEPARADO POR DIOS PARA UN PROPÓSITO ESPECIAL, Y CREO QUE SER LUZ LO ES, Y YO HOY DECIDO DAR ESE PRIMER FRUTO.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Adonai Rey de reyes y Señor de señores (Deuteronomio 10:17). Mi amado Rey y Señor, Tú eres la luz del mundo y has determinado que nosotros, los que en Ti creemos lo seamos también, y nos has apartado para ese propósito tan importante para esta humanidad que tanto necesita de esa luz. Hoy clamo a Ti para que nos ayudes a ser esos santos, preparados y separados por Ti para una labor especial, para un trabajo privilegiado y honroso que es llevar la luz, traer el sistema de valores y principio tuyos a nuestra cultura, traer a tu Presencia, a aquellos que no te conocen, que te necesitan y están en tinieblas. Gracias Padre Celestial por sacarnos de las tinieblas por medio de tu hijo Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. He orado en su Nombre. Amén.


Juan Manuel Lamus O.