miércoles, 7 de abril de 2021

SIERVOS

 

MATEO 20:20-28 Entonces la madre de Santiago y de Juan, hijos de Zebedeo, se acercó con sus hijos a Jesús. Se arrodilló respetuosamente para pedirle un favor.

-       ¿Cuál es tu petición? le preguntó Jesús. La mujer contestó:

-       Te pido, por favor, que permitas que, en tu Reino, mis dos hijos se sienten en lugares de honor a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

Jesús les respondió:

-       ¡No saben lo que piden! ¿Acaso pueden beber de la copa amarga de sufrimiento que Yo estoy a punto de beber?

-       Claro que sí, contestaron ellos, ¡podemos!

Jesús les dijo:

-       Es cierto, beberán de mi copa amarga; pero no me corresponde a mí decir quién se sentará a mi derecha o a mi izquierda. Mi Padre preparó esos lugares para quienes Él ha escogido.

Cuando los otros diez discípulos oyeron lo que Santiago y Juan habían pedido, se indignaron. Así que Jesús los reunió a todos y les dijo:

-       Ustedes saben que los gobernantes de este mundo tratan a su pueblo con prepotencia y los funcionarios hacen alarde de su autoridad frente a los súbditos. Pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente, y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá convertirse en esclavo. Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos. (NTV)

 

Del llamado a servir, para el cual, aunque queramos hacerlo de corazón, debemos mirar a Jesús, quien es el modelo perfecto de servicio incondicional, obediente y amoroso.

 

Como creyentes, rara vez nos auto denominamos "siervos de Cristo", pero eso es justo lo que el Señor nos dice que seamos. Después de que sus discípulos discutieron sobre quién era el más grande entre ellos, el Señor los sorprendió con un llamado a convertirse en el siervo de todos.

 

¡¡¡Jesucristo no es solo nuestro Salvador, sino también nuestro Señor y Maestro!!!

Así como Él sirvió a su Padre preocupándose por las personas, también

servimos a Dios al interesarnos por las necesidades

temporales y espirituales de quienes nos rodean

 

El servicio produce crecimiento espiritual. Dios está transformando continuamente a los creyentes a la imagen de Cristo (Romanos 8:29), pero nuestro egocentrismo es a menudo un estorbo. Servir a los demás es un medio que el Señor usa para hacernos libres del egoísmo.

El servicio logra el propósito de Dios para nuestra vida. El Señor tiene un trabajo para cada uno de nosotros (Efesios 2:10). Si solo recibimos y nunca damos, perderemos mucho de lo que Él ha dispuesto para nosotros.

 

Como hijo de Dios, usted tiene un llamado supremo que solo puede realizarse descendiendo al nivel de un siervo.

 

CONFESIÓN DE FE:

ENTENDIENDO ESTE SUPREMO LLAMADO QUE DIOS ME HACE, BUSCARÉ OPORTUNIDADES HOY PARA SERVIR A ALGUIEN Y TOMAR MI LUGAR JUNTO A CRISTO, QUIEN FUE EL EJEMPLO DE EL MEJOR SIERVO DE TODOS.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Ebed de Dios, el Siervo de siervos y Siervo de Dios (Mateo 20:28). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, gracias quiero darte hoy por tu amor incomparable, aquel que pones al servicio de cada uno de nosotros sin distinción, el amor de siervo incondicional y ejemplar. Hoy clamo a Ti para que me ayudes en la tarea de ser un siervo ejemplar para tu Reino, así como lo has hecho siempre Tú, para que el verdadero propósito por el cual el Padre Celestial me llamó sea cumplido a cabalidad y así poder oír un día tu voz diciéndome: "Buen siervo y fiel". Gracias, mi Señor Jesús, por tu modelaje de servicio incondicional, obediente y amoroso; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri