jueves, 2 de septiembre de 2021

HUMILDAD VS. CONOCIMIENTO

 

ROMANOS 12:14-16 Bendigan a quienes los persiguen. No los maldigan, sino pídanle a Dios en oración que los bendiga. Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No sean tan orgullosos como para no disfrutar de la compañía de la gente común. ¡Y no piensen que lo saben todo! (NTV)

 

De cómo caminar con y en humildad, aceptando la sabiduría de lo alto, la cual nos da el conocimiento verdadero.

 

Cada hombre naturalmente desea conocimiento; ¿o qué bueno hay si no se teme a Dios?  Un hombre campesino humilde que sirve a Dios y lo ama será mejor que el intelectual orgulloso que descuida su alma y se goza en sus propios conocimientos. Quién se vanagloria de sí mismo no es realmente feliz, porque el orgullo jamás ha hecho feliz a alguien. Si yo conozco todas las cosas del mundo y no amo a Dios entonces mi vida será vacía.

 

En el mundo hay muchos hombres doctos e intelectuales, pero con un corazón supremamente vacío, porque no se han asociado con los humildes y no se han humillado ante el Señor.  Ellos serán intelectuales, pero no sabios. Las muchas palabras no satisfacen el alma, pero una vida buena mitiga la mente y una conciencia limpia inspira la grande confianza en Dios. Mientras usted más cree saber y comprender, y profundamente puede juzgar, tendrá una vida vacía a menos que también sea santa. No se sienta orgulloso porque ha aprendido más, más bien sienta temor del talento que se le ha dado, respételo. Si usted piensa que sabe muchas cosas y que las comprende muy bien, entérese de inmediato que realmente aún no sabe.  Es necesario en la vida admitir la ignorancia.  Cuando reflexiono en estas palabras entonces medito y digo:

Hoy no tendré una opinión de mí mismo más alta de la que debo tener y quiero aprender a ser humilde.  El mejor freno que puede tener mi vida para no enorgullecerse es entender que siempre en la vida hay alguien mejor que yo y que sabe más que yo. 

 

Todos los hombres son débiles, pero debo admitir que ninguno es más débil que yo,

por lo tanto, necesito del poder de la fuerza del Señor

y esto me humilla ante Su Presencia, entonces descubro que…

¡¡¡Lo necesito a Él y Su sabiduría con todo mi corazón,

y solo por ello la vida adquiere otro sentido!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

ME DESHARÉ DEL NECIO ORGULLO Y MIS ÍNFULAS DE IMPORTANCIA CON LA AYUDA DE DIOS, Y ENTENDIENDO EN MI ESPÍRITU QUE SIN ÉL REALMENTE NADA SOY, A PESAR DE LO QUE SÉ.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Dios único, Adonai HaAdonim, Señor de señores y Rey de reyes (Deuteronomio 10:17). Mi Dios y Señor Jesucristo, siendo Dios mismo has dado un ejemplo maravilloso de humildad al darte completo por toda la humanidad y, durante el paso por esta Tierra, siempre pensar más en los demás y su bienestar que en el tuyo propio. Mi Señor Jesús, gracias porque de Ti puedo aprender la genuina y verdadera humildad, Tú eres real y digno de ser exaltado.  Hoy sé que aún no sé nada y lo poco que sé, lo sé por tu misericordia y amor, por lo tanto, me asociaré hoy con los humildes, y no quiero ser sabio en mi propia opinión sino depender de la tuya. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por tu ejemplo de amor y de humildad; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri