lunes, 23 de mayo de 2016

AISLADOS

 

2 TIMOTEO 2:22-26  Huye de todo lo que estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida recta, la fidelidad, el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan al Señor con un corazón puro. Te repito: no te metas en discusiones necias y sin sentido que solo inician pleitos. Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles.  Instruye con ternura a los que se oponen a la verdad. Tal vez Dios les cambie el corazón, y aprendan la verdad.  Entonces entrarán en razón y escaparán de la trampa del diablo. Pues él los ha tenido cautivos, para que hagan lo que él quiere. (N.T.V.)

 

©  La necesidad de las amistades bíblicas, verdaderamente cristianas.

La independencia es una cualidad muy apreciada en nuestra cultura, pero bíblicamente no es una buena meta. En ninguna parte de la Biblia encontrará usted la cita errónea: "Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos". El mismo hecho de que el Señor constituyó a la iglesia, una comunidad de creyentes, debe decirnos que Él no creó a las personas para que vivan aisladas.

 

Cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo, el Espíritu Santo mora en nosotros para que podamos tener una relación gozosa con el Señor y compañerismo unos con otros. En el plan de Dios, una amistad bíblica, estrecha y fiel entre dos creyentes, sirve para edificarlos mutuamente a semejanza de Cristo. Miremos a cualquiera de los santos de las Sagrada Escrituras, y encontraremos evidencias de la dependencia de un buen amigo que le sirvió de apoyo. Pablo, en particular, hablaba con toda confianza y a menudo de sus queridos amigos, y animaba a otros a tener también buenas amistades (Vs.22). Es interesante el hecho de que nuestra cultura parece dirigirse en la dirección contraria. Cuando más se aleja nuestra nación de Dios, más generalizada se vuelve nuestra actitud de autosuficiencia. Los vecinos se tratan entre sí con desconfianza, y esa actitud también ha invadido a la iglesia. Nos hemos vuelto renuentes en dar a otros, lo que, a su vez, nos hace renuentes a recibir.

La Biblia nos dice que nos amenos unos a otros, que compartamos las cargas de nuestros hermanos, y que nos confesemos nuestras ofensas mutuamente (Juan 13:34; Gálatas 6:2; Santiago 5:16). Así es como los miembros de la iglesia pueden estimularse unos a otros para ser más semejantes a Cristo.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ CON MUCHO AMOR Y PACIENCIA ESTABLECER Y MANTENER ESAS AMISTADES BÍBLICAS, DE MANERA QUE NO ME ENCUENTRE AISLADO, SINO POR EL CONTRARIO COMPARTIENDO DE MANERA QUE NOS HAGAMOS CADA VEZ MÁS SEMEJANTES A CRISTO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Chasdi, Dios de mi Amabilidad (Salmo 51:18). Mi Dios y mi Señor, se que Tu eres Amable y trabajas para hacernos amables, y la vida y sacrificio de Jesús es el ejemplo supremo de tu amabilidad. Hoy quiero darte gracias por tu amistad sin condición, y pedirte que me ayudes a establecer esas buenas amistades, bíblicas, fundamentadas en el compartir de principios y valores que tú nos has impartido, de manera que sean de beneficio para el crecimiento y la edificación mutua, y cada día ser más semejantes a Ti, mi Señor. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.