miércoles, 14 de junio de 2017

DECEPCIÓN

 

JUAN 11:3-6 Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: "Señor, tu querido amigo está muy enfermo". Cuando Jesús oyó la noticia, dijo:

"La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la Gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba Gloria como resultado".

Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, se quedó donde estaba dos días más. (N.T.V.)


©  Debemos estar con la mirada más allá de la decepción. (Leer Juan 11:1-44)

Cuando se sufre desilusiones en la vida, es fácil culparse a uno mismo o a otros, o incluso a ambos. Con frecuencia es difícil saber qué decir o qué hacer, por no poder identificar realmente la causa o el propósito verdadero de la decepción.

 

La desilusión suele ser una respuesta emocional a nuestro fracaso, o al de otros, por no lograr que un deseo, una esperanza, un sueño o una meta se conviertan en realidad. Esto puede llevar a perder la fe en alguien en quien confiábamos, e incluso en una persona que amamos. El muy conocido pasaje que estudiamos hoy, del evangelio de Juan, nos dice que Jesús amaba a Marta, a su hermana María y a Lázaro, el hermano de ellas, por esto, no sintieron la necesidad de decir al Señor algo más que "el que amas está enfermo" (Vs.3). Su expectativa era que tan pronto Jesús oyera esto, Él vendría para sanar a su hermano. Sin embargo, Jesús no se puso en marcha sino hasta dos días después. Cuando llegó, Marta salió a su encuentro y le dijo: "Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto" (Vs.21). Había tenido la esperanza de que Él viniera de inmediato, para salvar la vida de Lázaro. Ella no veía el propósito del Señor, que era el de hacer un milagro más grande.

 

Dios tiene razones para dejar que, de vez en cuando, suframos decepciones. Él podría evitarlas, pero quiere mostrarnos su propósito, pues su deseo es que confiemos, creamos y dejemos que nuestras circunstancias lo glorifiquen a Él (Vs.4 y 25).

Cuando lleguen las desilusiones:

©  ¿Quedará usted paralizado y desorientando en cuanto a los planes de Dios para su vida? ¿O estará abierto a lo que el Señor quiere enseñarle y ansioso por entender el propósito de Él, y su lección en esas situaciones?

©  La respuesta correcta es simplemente confiar en Él.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO QUE TODO LO QUE SUCEDE EN MI VIDA TIENE UN PROPÓSITO DE PARTE DE DIOS, NADA ES CASUALIDAD, ASÍ QUE ESTARÉ ATENTO PARA ENTENDER Y APRENDER LA LECCIÓN QUE ÉL QUIERA ENSEÑARME.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, El Tzadik, Dios Justo y Salvador (Isaías 45:21). Mi amado Señor Jesucristo, sé que todo lo que haces y dices es recto. Aunque haya mucha maldad en el mundo, Tú eres completamente justo en todas tus obras, y estoy convencido que eventualmente, harás todo justo. Es por eso que creo firmemente que cualquier circunstancia en mi vida, por más decepcionante que parezca, tiene un propósito para mí como hijo tuyo, así que te quiero dar gracias, mi Señor, y decirte que estoy listo para que cada prueba, cada dificultad o problema, sea una oportunidad para aprender de Ti, para incrementar mi fe, fortalecer mi carácter y estrechar más mi relación contigo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.