lunes, 28 de abril de 2014

AYUDADOR

 

AYUDADOR

 

1 SAMUEL 7:12 Luego Samuel tomó una piedra grande y la colocó entre las ciudades de Mizpa y Jesana. La llamó Ebenezer (que significa "la piedra de ayuda") porque dijo: "¡Hasta aquí el Señor nos ha ayudado!". (N.T.V.)

 

©      En delicados pastos: puedo decir que el Señor me ha ayudado.

©      ¿Qué me espera en los próximos días, los próximos meses o los próximos años? Yo no lo sé.

 

Sin duda habrá días soleados y hermosos,  sin duda habrá tormentas.  Venga lo que  venga necesito estar preparado para darle la bienvenida con firmeza y mucho ánimo. Porque esa es la vida y aunque la vida varia, el Señor jamás varia, Él es el mismo, ayer y hoy y por los siglos.

 

Hoy me siento seguro de la vida en Cristo.  Hasta este momento puedo decir que algunas veces el mar ha estado quieto y los cielos azules.  Algunas veces las olas se han levantado amenazadoramente y la tempestad ha rugido, pero nunca mi embarcación se ha partido estando Jesús a bordo. A través del sube y baja de las olas, yo he visto su amor y su poder gobernando esa olas y manteniéndolas a ellas en el hueco de su mano. Si viene una hora que anuncia tempestad y la luz de la playa no se alcanza a ver,  nunca temeré, porque sé que el Señor está aún en el barco y el que hasta ahora me ha ayudado, sé que me ayudará.

 

Hoy he aprendido que  la tormentas siempre vendrán y por lo tanto necesito estar listo para recibirlas, más mi confianza necesita incrementarse porque Jesús está conmigo y Él me hace estar seguro y gozoso a su lado. 

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE DIOS TIENE UN PROPÓSITO EN MI VIDA Y ESE PROPÓSITO SERÁ CUMPLIDO A PESAR DE LAS TEMPESTADES, POR ESO PUEDO DECIR, SIN LUGAR A DUDAS, EBENEZER, PORQUE HASTA AQUÍ ÉL ES MI AYUDADOR.

 

ORACIÓN:

Espíritu Santo de Dios, El Rachum, Dios de Compasión y Misericordia (Deuteronomio 4:31). Amado Espíritu Santo, se que tu naturaleza es de amabilidad y estás lleno de compasión y sentimiento por tu pueblo, y estás completamente libre de crueldad o mezquindad. Por eso, mi Señor, quiero decirte: Gracias, gracias porque hasta aquí me has ayudado.  Estoy donde estoy y hago lo que hago no por mi fuerza, Tú me has sostenido y me has guardado.  A veces las tempestades que se anuncian intentan atemorizarme, pero hoy quiero recordar que mi vida está en tus manos y Tú la sostienes y la fortaleces.  Si hasta aquí me has ayudado, eso me da la certeza que aún mañana y el próximo mes y el próximo año tú me ayudarás. Gracias Espíritu Santo por tu amor, tu misericordia, tu compasión, tu cuidado y tu dirección, gracias por ser mi ayudador en todo lugar y circunstancia. Amén.


Juan Manuel Lamus O.