domingo, 31 de octubre de 2021

EL PODER DESGARRADOR DE LA OFENSA EN EL MATRIMONIO

 

¡¡¡Ofender es humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien,

principalmente con palabras o con hechos, es un ataque directo

contra la autoestima de la otra persona!!!

 

Las ofensas en el matrimonio son muy peligrosas.

Son un veneno que solapadamente no solo van destruyendo poco a poco al cónyuge afectado, sino que terminan por destruir totalmente la relación familiar.

Las ofensas tienen un tremendo poder destructor contra la autoestima y la dignidad de las personas.

Las ofensas pueden destruir la identidad y el balance emocional de las personas atacadas.

Las ofensas actúan como un veneno altamente tóxico para las emociones que no solamente afecta al ofendido, sino que puede contaminar a muchas otras personas alrededor.

 

Y en el matrimonio el principal medio por el cual ofendemos, y con mucha frecuencia, es con las palabras.

 

Es por eso por lo que debemos tener dominio de nuestra lengua:

 

SANTIAGO 3:2-6

Todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra,

este es hombre cabal, capaz también de frenar al cuerpo entero.

He aquí, ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan

y dirigimos también su cuerpo entero. Consideren también los barcos:

Aunque son tan grandes y son llevados por impetuosos vientos, son dirigidos

con un timón muy pequeño a dondequiera según el antojo del que los conduce.

Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.

¡Miren cómo un fuego tan pequeño incendia un bosque tan grande!

Y la lengua es un fuego; es un mundo de maldad. La lengua está puesta

entre nuestros miembros y es la que contamina el cuerpo entero.

Prende fuego al curso de nuestra vida y es inflamada por el infierno.

(RVA'15)

 

Las palabras ofensivas hacia nuestro cónyuge suelen ser más dañinas que otros tipos de ofensas.

Cuando alguno ofende con su boca, literalmente le está rentando la boca al diablo para producir destrucción y contaminar la vida de las personas a su alrededor.

 

Entonces nos es necesario aplicar la Sabiduría de lo Alto en el matrimonio.

 

SANTIAGO 3:13-18

¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? ¡Que demuestre por su buena conducta sus obras en la mansedumbre de la sabiduría! Pero si en su corazón ustedes tienen amargos celos y contiendas, no se jacten ni mientan contra la verdad. Esta no es la sabiduría que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal y diabólica. Porque donde hay celos y contiendas, allí hay desorden y toda práctica perversa. En cambio, la sabiduría que procede de lo alto es primeramente pura; luego es pacífica, tolerante, complaciente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial y no hipócrita. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. (RVA'15)

 

La sabiduría y la mansedumbre son poderosas herramientas de control emocional para evitar las ofensas en el matrimonio.

Y la obediencia a Dios, nuestro Padre Celestial, es la mejor fuente de sabiduría que produce una actitud de:

Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, misericordia, mansedumbre y dominio propio.

 

GÁLATAS 5:22-26

El fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley porque los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Ahora que vivimos en el Espíritu, andemos en el Espíritu. No seamos vanidosos, irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros. (RVA'15)

 

Fruto también quiere decir: resultado.

O sea que el resultado de una vida espiritual es la que nos da la capacidad de disfrutar de las virtudes de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio.

 

¡¡¡El fruto de una vida espiritual sincera provee la capacidad de desarrollar

hábitos de inteligencia emocional y virtudes que nos ayudarán

a controlar las emociones y evitar las ofensas!!!

 

Esto nos lleva a la conclusión de que necesitamos urgentemente desarrollar una vida espiritual buscando la presencia de Dios, leyendo su Palabra y meditando en ella, orando con frecuencia, asistiendo a la Iglesia y tomando la determinación de obedecerle.

No podemos crecer espiritualmente si no somos obedientes, si cuestionamos o siempre argumentamos la Palabra de Dios.

Podemos asistir a la Iglesia y leer la Palabra, inclusive orar mucho, pero si no somos obedientes, no obtendremos el fruto del espíritu.

 

Hoy en día hay muchos matrimonios o parejas de "cristianos" que asisten a todos los cultos de la Iglesia, pero viven ofendiendo a sus seres más queridos.

No tienen el fruto del Espíritu, porque son cristianos de apariencia nada más.

 

¡¡¡El fruto del Espíritu, el amor, no nos hace perfectos,

pero nos da las herramientas para vencer la tendencia a

ofender y más bien buscar la paz con espíritu de mansedumbre!!!

 

CONCLUSIÓN:

Piense bien cada uno y actúe hoy mismo.

Si reconoce que es una persona irritable que pierde el control con facilidad y ofende a las personas a su alrededor, necesita urgentemente buscar con intensidad y sinceridad la presencia de Dios en su vida.

Y como pareja, tomen ya la decisión de desarrollar con disciplina un devocional diario individualmente y mínimo uno semanal juntos.

Intensifiquen esta intención y llévenla a la práctica, con la firme decisión de obedecer cada palabra que Dios les enseña a través de la Biblia o de su pastor.

Si aún después de buscar de Dios con esa intensidad y sinceridad no logran controlar sus emociones, es muy probable que necesiten ayuda de un líder espiritual capacitado por Dios, que les ayude a sanar primordialmente las raíces de amargura en su corazón.

Dejen el orgullo y los prejuicios a un lado y busquen esa ayuda inmediatamente.

 

¡¡¡Así es como funciona!!!

Tu matrimonio y tu familia son el tesoro más valioso que Dios te ha dado

¡¡¡CUÍDALOS!!!

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri