miércoles, 8 de febrero de 2017

CONFIAR Y OBEDECER

 

JOSUÉ 6:1-5 Las puertas de Jericó estaban cerradas y fortificadas a causa de los israelitas. Nadie podía entrar ni salir. El Señor le dijo a Josué: Voy a entregar en tus manos a Jericó, a su rey y a sus soldados. Una vez al día, marcha alrededor de la ciudad con todos los soldados. Haz esto por seis días. Siete sacerdotes marcharán delante del cofre, cada uno llevando una trompeta hecha de cuernos de carnero. El séptimo día darán siete vueltas alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes tocan las trompetas. Cuando se oiga que el cuerno de carnero da un toque prolongado, todo el pueblo gritará muy fuerte, y la muralla de la ciudad se derrumbará. Entonces desde la posición donde esté, cada soldado podrá subir directamente contra la ciudad. (P.D.T.)


©  Aun lo inconquistable puede ser conquistado cuando de confiar en Dios y obedecer sus mandatos se trata, y esta es una manera en que se revela nuestro nivel de compromiso con Él.

Cuando practicamos los mandatos de confiar y obedecer, se inicia un ciclo hermoso. Confiar en el Señor hace que la obediencia sea más fácil y, por tanto, ésta produce una confianza cada vez mayor.

©  ¿Puede usted recordar el haber enfrentado un desafío difícil o desconcertante?

Si es así, sabe lo importante que son estos dos preceptos.

 

Cuando el Señor le llame a una tarea que no parezca razonable, tiene dos opciones:

1. Obedecer a pesar de no entender lo que pasará después, o

2. Temer y tratar de encontrar una salida.

Josué escogió la primera opción. Porque confiaba en el Señor, ignoró toda su experiencia militar y adoptó el extraño plan de batalla de Dios. Con los años, había aprendido que el Señor es fiel y sabio.

 

La manera como respondemos a las tareas difíciles de Dios, revela nuestro nivel de compromiso. Podemos sentir que estamos caminando bien con Él, hasta que propone un cambio de dirección. Es allí cuando entra en acción nuestra resistencia y nos damos cuenta de que no estamos tan cerca de Dios como pensábamos. En ese momento, nuestra decisión revela si el Señor podrá usarnos como Él desea. Porque Josué nunca perdió de vista su compromiso con Dios, siguió sirviendo al Señor por el resto de su vida. A veces, la obediencia es una lucha. En ese momento, su mente piensa en todas las razones por las que el plan del Señor no es lógico, el miedo le domina mientras que su voluntad lucha para obedecer, pero confiar y obedecer es siempre la mejor opción, porque el Señor es fiel y sabio.

 

CONFESIÓN DE FE:

CONFIARÉ EN DIOS EN TODA CIRCUNSTANCIA Y SERÉ OBEDIENTE A SUS INSTRUCCIONES CON LA SEGURIDAD DE QUE SU AMOR ESTA SOBRE MI VIDA, ENTONCES SABE LO QUE MAS ME CONVIENE.

 

ORACIÓN:

Señor Dios Todopoderoso, Abba Padre, Papa Dios, (Romanos 8:15). Mi amado Padre Celestial, hoy quiero darte gracias por tu amor infinito y tu consagración a nosotros tus preciados hijos, estoy seguro de que confiar en Ti y obedecerte será siempre de gran bendición para mi vida y la mejor forma de lograr los propósitos que Tú has dispuesto para ella, y para lograr el crecimiento espiritual adecuado, amparado en tu fidelidad y sabiduría. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu ejemplo de confianza y obediencia absoluta a las instrucciones del Padre Celestial. Amén.


Juan Manuel Lamus O.