viernes, 14 de octubre de 2022

CRECIMIENTO Y PRUEBAS

 

SANTIAGO 1:3,4 …porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. (NTV)

 

De cómo dar respuesta a esta pregunta: ¿Qué nos hará más como Jesús?

Una de las cosas que los cristianos desean es ser más como Jesús y parecerse cada día más a Él, pero debemos entender que este proceso se encuentra muy a menudo en un lugar que no esperaríamos, en las pruebas que enfrentamos.

 

Aceptémoslo, todos vamos a tener desafíos, estrés, problemas, dificultades y conflictos en esta vida, pero gracias a Dios sabemos el final de la historia: ¡Jesús va a volver!

Cuando lo haga, hará que todas las cosas sean correctas y justas, y si usted es su seguidor, pasará la eternidad con Él. Entonces, saber cómo termina la historia debería influir en nuestros pensamientos, actitudes y acciones, debería motivarnos a usar la adversidad para fortalecernos espiritualmente, para crecer. En el tiempo que queda hasta que Cristo regrese, podemos usar esas pruebas para parecernos cada vez más a Cristo en carácter. En el pasaje que estudiamos hoy, eso es precisamente lo que Santiago dice que hay que hacer mientras estamos aquí y esperamos la 2ª venida de Jesús. Sin embargo, en estos días difíciles, puede que sienta que todo se está derrumbando, y puede suceder, pues no se supone que lo tenga todo controlado. No somos perfectos y no lo seremos mientras estemos en la Tierra, tal vez no podamos cambiar eso, pero lo que sí podemos hacer es trabajar para madurar, para ponernos en forma espiritualmente para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

🤷🏻 Pero ¿Cómo se hace eso? Aquí están algunas recomendaciones para lograrlo:

Siendo parte de una familia de la iglesia y asistiendo a la iglesia: congregándose.

Recibiendo alguna enseñanza bíblica cada día: devocionales.

Haciendo un estudio bíblico y trabajando para aplicar lo que se aprende de ese estudio en su vida: discipulándose.

Poniendo todo lo aprendido en práctica y compartiéndolo: sirviendo.

Esto también incluye conectarte con otros en un grupo pequeño, pasar un tiempo a diario con Dios en oración y lo más importante, pasar tiempo leyendo y meditando en Su Palabra.

 

No se tiene que ser el más fuerte, el más rápido o el más saludable cuando se trata de estar espiritualmente en forma, sólo se necesita seguir trabajando en ello y reconocer que muchas veces los problemas que se enfrentan son a menudo oportunidades para crecer en la fe, en la vida cristiana.

 

¡¡¡No importa si se está sin trabajo, enfermo, o si sintiendo el peso

de los acontecimientos mundiales o nacionales, todavía se puede recurrir

a la Palabra de Dios y a Sus promesas, y crecer para ser más como Jesucristo!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY SÉ QUE, CUANDO SIENTA QUE ESTOY DERRUMBANDO, PUEDO ESTAR SEGURO DE QUE EL SEÑOR SIGUE TRABAJANDO PARA QUE ME PAREZCA MÁS A ÉL, Y PUEDO UTILIZAR INCLUSO LAS CIRCUNSTANCIAS MÁS DIFÍCILES DE MI VIDA PARA HACERLO, PARA CRECER ESPIRITUALMENTE Y EN LA VIDA CRISTIANA.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, El HaGadol, el Gran Dios (Deuteronomio 10:17). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Tú eres el más grande en muchas maneras, tu naturaleza, tus atributos, tus obras, y tu misma grandeza, por eso sé que puedo confiar en Ti, en tu Presencia en mi vida para soportar con paciencia todas las pruebas y tenerlas, como Tú nos pides, por oportunidades para crecer, pues sé que Tú las usas para incrementar mi fe, fortalecer mi carácter y parecerme cada día más a Ti. Por eso hoy vengo a tu Presencia pidiéndote que me des la fortaleza necesaria para mantenerme así, completo, seguro, confiado, convencido de tus verdades, aquellas que me dan las herramientas para soportar el sufrimiento en las pruebas y crecer en la vida cristiana. Gracias Señor Jesús pues de tu mano y viviendo en tus principios cualquier circunstancia por la que pase será propicia para ponerme en forma espiritualmente. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri