martes, 16 de septiembre de 2014

EXCUSAS

 

EXCUSAS

 

MATEO 4:18-22 Cierto día, mientras Jesús caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés, que echaban la red al agua, porque vivían de la pesca.

Jesús los llamó:

-       Vengan, síganme, ¡y Yo les enseñaré cómo pescar personas! 

 Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante por la orilla, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, sentados en una barca junto a su padre, Zebedeo, reparando las redes. También los llamó para que lo siguieran. Ellos, dejando atrás la barca y a su padre, lo siguieron de inmediato. (N.T.V.)

 

©      Acerca del llamado misionero.

He escuchado todas las excusas que usted puede imaginar para evitar el servicio misionero: "No he estudiado en el seminario". "No sé predicar". "Mi familia no me apoyará". "Soy muy viejo". La lista es interminable.

 

Déjeme decirle que hay miles de misioneros activos que pensaron también una vez que Dios no podía usarlos. Muchas veces he tenido el privilegio de escuchar historias de cómo el Señor convirtió su resistencia en entusiasmo. Podemos tener un montón de excusas de por qué Dios no nos llama a llevar el evangelio. Pero su llamado no es para que lo discutamos; Él espera una respuesta de obediencia y entrega.

 

1.   Nuestra única responsabilidad es decir sí al llamado de Dios.

La responsabilidad del Señor es equiparnos para la obra que nos ha asignado. A la vida de cada cristiano le ha sido trazado un plan personal, y Dios provee la personalidad y el temperamento adecuados. Luego añade las aptitudes que pueden ser desarrolladas y los dones espirituales necesarios para realizar su misión.

2.   Dios hace su llamado con sabiduría y discernimiento.

Él sabe por qué le creó y lo que usted puede hacer con el poder de Él (Efesios 2:10). Rechazar la invitación de servir a Dios es una insensatez. Sería como decirle al Todopoderoso que Él cometió un error. Pero la entrega abre la puerta a una vida de servicio, bendición y gozo.

3.   El trabajo misionero puede hacerse cerca o lejos.

Usted puede servir: desde su casa, escribiendo a los encarcelados; en la calle, sirviendo comida en un albergue, ayudando a niños en necesidad; al otro lado del país, dando ayuda en caso de inundaciones; o en un país extranjero traduciendo el evangelio.

 

CONFESIÓN DE FE:

ENTIENDO QUE UN LLAMADO MISIONERO ES TODO LO QUE DIOS NOS DIGA QUE HAGAMOS. ASÍ QUE ESTARÉ ATENTO A SU VOZ PARA SER OBEDIENTE A SU LLAMADO Y CUMPLIR CON MI PARTE EN LA "GRAN COMISIÓN" AQUÍ O EN EL LUGAR QUE ÉL DETERMINE, Y SIN EXCUSAS.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elah Shmaya Varah, Dios del Cielo y de la Tierra (Esdras 5:11). Mi amado Señor y Rey, se que Tu, El Todopoderoso, eres el que reina sobre todo el universo y no hay nada que no esté bajo Tu poder. Es por eso que hoy vengo dispuesto, y sin excusas, a escuchar Tu llamado misionero, sea aquí donde hoy me encuentro, sirviéndote con gusto y responsabilidad, o a donde sea que quieras enviarme, pues estoy seguro y convencido que proveerás todo lo que necesito para ejercer ese llamado sin sobresaltos y entendiendo que esa es Tu buena, agradable y perfecta voluntad para mi vida. Gracias Padre Celestial por hacerme parte de Tu equipo de trabajo. Amén.


Juan Manuel Lamus O.