CONFIAD
JUAN 16:33 Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque Yo he vencido al mundo. (N.T.V.)
© Fuimos hechos para soportar la tormenta: Dios nos diseñó para que soportáramos tormentas. En otras palabras, Dios nos hizo a prueba de tormentas.
Lo que el Señor habló y quedó registrado en la Biblia, son palabras de confianza y de seguridad. El dijo: "Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz". (R.V.A.'15)
Entonces nuestra paz no está en este mundo, ni en el éxito, ni en los negocios, ni en las posesiones, ni en la familia, ni en los amigos y ni siquiera en el país de donde soy o donde vivo. Mi paz está en el Señor y Él habló palabras de paz, que traen primero paz a nuestro espíritu y luego a todo nuestro ser.
El luego aclaró: "En el mundo tendrán aflicción". (R.V.A.'15)
Ya está escrito, en el mundo encontraremos aflicción, ¿por qué? Porque este mundo, hablando como sistema de vida solo está regido por el egoísmo, el pecado y la competencia. Es una selva donde logra vivir el más poderoso y fuerte. El débil está a merced de estos enemigos, no hay paz, solo aflicción. Si queremos alcanzar lo que el mundo nos ofrece y que no lo presenta como aflicción, tenemos que hacernos amigos del mundo. Pero si yo me hago amigo del mundo, me convierto en enemigo de Dios, luego si me hago amigo de Dios, entonces encontraré enemigos en todas partes. Cada esquina se podrá convertir en una emboscada. La aflicción no solamente viene del mundo, sino que al mirar dentro de mí, descubro que aún mi corazón es engañoso sobre todas las cosas y desesperadamente malvado, y su trabajo también será llevarme a la aflicción y la desilusión.
© ¿Hay esperanza entonces?
Si hemos sido llamados a vivir en este mundo y Jesús mismo dijo que en el mundo tendremos aflicción entonces, ¿Cual es la esperanza para nosotros hoy? Gracias a Dios que si hay esperanza, Él dijo: "Pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!" (R.V.A.'15). Esto nos dice hoy, que el Señor es más fuerte que el mundo y si el mundo trae aflicción, Jesús, quién venció a este mundo, trae paz. Su fuerza es más grande que la aflicción. Su poder es más inmenso que la batalla. Su mano se extiende como se extendió para recoger a Pedro cuando se hundía en el mar, y esta promesa es para nosotros hoy.
CONFESIÓN DE FE:
HOY A PESAR DE LA AFLICCIÓN CONFIARÉ. LA PAZ DE DIOS QUE SOBREPASA MI ENTENDIMIENTO ME CUBRIRÁ Y ENVOLVERÁ CON TODO SU PODER Y FUERZA.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Jehová Shalom, Dios de Paz (Hebreos 13:20). Mi Dios y mi Señor Todopoderoso, Tú derrotas a nuestros enemigos para darnos paz, Tú, mi Señor Jesús, eres nuestro Príncipe de paz, así nos das paz y armonía interior. Gracias por la paz que me das, una paz que va más allá de la aflicción que el mundo me ofrece. Si, es cierto que en el mundo encuentro aflicción, pero mi confianza crece cuando recuerdo que Tú venciste al mundo que me aflige, y en esta confianza quiero permanecer y vivir en este día. La confianza que viene de Ti, es confianza fuerte y grande que llena y satisface. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.