martes, 26 de abril de 2016

RECONCILIANDO

 

2 CORINTIOS 5:18-20 Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a Sí mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con Él. Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos:

"¡Vuelvan a Dios!". (N.T.V.)


©  Los seguidores de Cristo somos llamados al ministerio de la reconciliación.

©  ¿Cuál es el verdadero, suficiente y único mensaje que el mundo necesita?

Si yo le preguntara a usted cuál es la misión de la iglesia, ¿qué respondería? Aunque la iglesia realiza muchas tareas, su único mensaje para el mundo es el evangelio de Cristo. Todo lo demás que hacemos es simplemente una extensión de ese objetivo principal. El evangelio que ofrecemos a los perdidos es superior a toda filosofía mundana, nunca caduca ni necesita ser enmendado; siempre es suficiente para satisfacer la mayor necesidad de la humanidad: Su reconciliación con el Creador.

 

Aunque el mensaje es siempre el mismo, los métodos de darlo a conocer son muchos, entre ellos la palabra hablada, la música, los materiales impresos, los medios electrónicos y, por encima de todo, mi propia historia con Dios. Pero todos estos medios de comunicación requieren la participación individual del pueblo de Dios. Cada cristiano tiene la responsabilidad de utilizar su historia, sus dones espirituales, talentos y habilidades para ayudar a realizar la Gran Comisión. Algunos cristianos piensan que este papel ha sido dado solo a los pastores, misioneros u otras personas con un "trabajo ministerial"; están equivocados, porque todos tenemos la responsabilidad de involucrarnos en la forma que podamos y en toda oportunidad que Dios nos dé. No todo el mundo está llamado a ir al extranjero como misionero, pero todos podemos dar, orar y contar a amigos y familiares lo que el Señor ha hecho por nosotros. Si usted está realmente dedicado a sacar a la luz el evangelio, Dios le revelará el trabajo que le está llamando a hacer. El Señor tiene un lugar para cada uno de nosotros; nadie es insignificante o inservible, todos somos llamados a evangelizar, al ministerio de la reconciliación.

 

CONFESIÓN DE FE:

EL FACTOR LIMITANTE NO ES LA CAPACIDAD DEL SEÑOR DE USARME, SINO MI DISPONIBILIDAD A SU LLAMAMIENTO. HEME AQUÍ SEÑOR, ENVÍAME A MÍ.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Yeshuati, el Dios de mi Salvación (Isaías 12:2).  Mi Dios y mi Señor, Tú mismo eres la fuente de salvación, se que quieres salvar a tu creación por medio de Jesucristo, así que cada individuo debe ser un promotor de la reconciliación, nosotros tenemos la tarea de dar la buena nueva. Por eso hoy te doy gracias por escogerme para servirte. Cuando digo heme aquí envíame a mí, es porque realmente estoy dispuesto y creo firmemente que este es el verdadero, suficiente y único mensaje que el mundo definitivamente necesita, así que la misión que nos has encomendado de cualquier forma se tiene que realizar. Solo te pido que por medio de tu Palabra y el poder de tu Espíritu Santo, me des la sabiduría para obtener revelación correcta del trabajo que debo llevar a cabo. Gracias Padre Celestial por tu mensaje de amor y salvación. He orado en el poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.