lunes, 29 de enero de 2018

ALABANZA Y ADORACIÓN

 

JUAN 12:1-8 Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien Él había resucitado. Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entre los que comían con Él. Entonces María tomó un frasco con casi medio litro de un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume. Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo: 

-  Ese perfume valía el salario de un año. Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres. 

No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él. Jesús respondió: 

-  Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro. Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán. (NTV)

 

♥ De la verdadera Alabanza y Adoración a Dios.

Podríamos concluir por los últimos capítulos de Salmos, que toda alabanza a Dios debe ser bulliciosa, pero la alabanza puede también expresarse de manera silenciosa. Pocas personas piensan que el pasaje de hoy es una descripción de alabanza, pero la profundidad del amor de María por el Salvador requería una expresión más allá de las palabras.

 

María deseaba dar al Señor Jesús algo de gran valor, entonces rompió una botella de perfume cuyo costo equivalía al salario de un año. Al romperla no guardó nada, sino que dejó que el exceso del perfume cayera en el suelo. La pérdida económica, las miradas de los espectadores y el cáustico comentario de Judas, no significaron nada para ella, en comparación con el valor de tener al Salvador en su casa. Toda la casa se llenó de la fragancia de la adoración de María. La alabanza y adoración verdaderas impregnan la atmósfera alrededor de nosotros, es por eso que podemos sentir cuando otros están alabando y adorando a Dios. Pasar tiempo con personas que están rendidas al Señor, que lo alaban y adoran por medio de las acciones y el servicio, nos permite participar de su gozo. Alabar y adorar a Dios con todo nuestro ser nos proporciona el gozo más grande que podamos sentir, y los creyentes lo expresan de muchas maneras creativas: cantando, pintando, dando una caminata por la naturaleza o limpiando la casa de una persona de edad avanzada. Cuando queremos comunicar nuestra devoción más allá de las simples palabras, no estamos limitados en cuanto a las circunstancias ni la forma de expresión. 

♥ El Padre Celestial se complace en aceptar la alabanza genuina de todo tipo.

 

CONFESIÓN DE FE:

ALABO Y ADORO AL SEÑOR CON TODAS MIS FUERZAS, CON TODO MI SER: ALMA, CUERPO Y ESPIRITU, UTILIZANDO DIFERENTES FORMAS DE EXPRESION, PORQUE ÉL ES MI DIOS Y YO SOY UN ADORADOR EN ESPIRITU Y EN VERDAD.

 

ORACIÓN:
Padre Celestial, Elohim Tehilati, Dios de mi Alabanza y Adoracion (Salmo 109:1). Mi Dios y Señor Jesús, Tú eres el unico merecedor de nuestra alabanza y adoración, Tú has cambiado mi lamento en gozo, para que pueda sacrificarte alabanza y adoración que exalte tu Glorioso Nombre. Gracias Dios mío por darme la oportunidad de alabarte y adorarte como Tú lo pides, en espíritu y en verdad, es un privilegio y el gozo de mi alma y de mi salvación; yo quiero ser un verdadero adorador por más que las circunstancias no sean las apropiadas o las formas de expresarlo no sean las tradicionales. Gracias mi Señor Jesús por levantarme en la alabanza y la adoración, hoy consagro mi boca, mi lengua y mis palabras a Ti, he orado en tu Poderoso Nombre, Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.