lunes, 11 de diciembre de 2017

DESPUÉS

 

1 JUAN 2:1,2 Mis queridos hijos, les escribo estas cosas, para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado que defiende nuestro caso ante el Padre. Es Jesucristo, el que es verdaderamente justo. Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo. (N.T.V.)

 

♥ El pecado después de la salvación.

♥ ¿Cuántas veces ha pecado usted después de que recibió al Señor Jesús como su Salvador personal? Esta es una pregunta imposible de responder. La dura realidad es que toda persona peca, sí, incluso los cristianos.

 

Toda transgresión, antes o después de la salvación, surge del deseo de satisfacer nuestras necesidades prescindiendo de Dios. Siempre que tomamos los asuntos en nuestras manos y actuamos fuera de su voluntad, descendemos a un camino de tristeza y pecaminosidad. La fe en Cristo trae una nueva relación con Dios, un nuevo espíritu, una nueva perspectiva de la vida, pero no desarraiga todo lo que queda de nuestra vieja vida. Seguimos teniendo el mismo cuerpo y la misma mente, que pueden llevarnos a las mismas dificultades.

 

♥ ¿Por qué pecamos aun después de la salvación? 

Porque se ha desatado una guerra interna entre nuestra "carne" y la vida producida por Cristo. Si no tomamos la determinación de reentrenar nuestras mentes, podemos esperar toda una vida de problemas. La Biblia ofrece el remedio para este conflicto constante: 

-  No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. (Romanos 12:2A NVI). 

Es decir, debemos llenar nuestra mente con las cosas de Dios, dejando que Él reoriente nuestros pensamientos.

♥ ¿Adónde le están llevando hoy sus pensamientos? ¿Están anclados en las Sagradas Escrituras, o su forma de pensar simplemente lo conduce sin rumbo por la vida? 

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE EL CAMINO DE LA VIDA SIN RUMBO ALGUNO LLEVA AL PECADO. POR TANTO COMENZARÉ AHORA MISMO A ENFOCAR MI MENTE EN EL SEÑOR, DE MANERA QUE ELLA SEA TRANSFORMADA DE ACUERDO A SU PODEROSA PALABRA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kol Basar, Dios de toda carne (Jeremías 32:27). Mi Padre y Señor, Dios lleno de gracia y amor, cuán grande eres Tú, digno de ser supremamente alabado y adorado. Tú me hiciste y me has comprado con la preciosa Sangre de tu Hijo, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, hoy te alabo por quien Tú eres y por tu gran misericordia. Sé que tu amor, bondad, ternura y cariño me renovarán en este día. Espíritu Santo, Tú que moras en mí, ilumíname y fortaléceme en mi camino, transfórmame de acuerdo a tu voluntad, has de mi corazón, un corazón nuevo cada día. Permite hoy que mi manera de pensar sea transformada por tu palabra, y así el gozo, sea manifiesto en mi vida, y el pecado sea erradicado de mi vida. Gracias por transformarme a tu imagen y semejanza mi Señor y Salvador Jesucristo. Amén.


Juan Manuel Lamus O.