viernes, 10 de mayo de 2019

RECOMPONE

 

ISAÍAS 64:8 Pero Tú, Señor, eres nuestro Padre, nosotros el barro y Tú el alfarero; todos somos obra de tus manos. (BLPH)

JEREMÍAS 31:13 Entonces las jóvenes danzarán alegremente, y los jóvenes junto con los viejos. Yo convertiré su tristeza en alegría; los consolaré y haré que su alegría sea mayor de lo que fue su dolor. (PDT)

 

¡¡¡Solo el Señor Jesús puede recomponer totalmente una vida destrozada!!!

 

Historia de la canastilla aplastada:

Se acercaba el día de la Madre. Un niño de nueve años había hecho con sus propias manos, una canastilla de hojas de caña para obsequiársela a su querida madre. Todos los días, desde una semana antes, el muchacho a escondidas sacaba el regalo y lo contemplaba con orgullo. Si alguna de las hojas de caña se había zafado, o no estaba bien sujetada, el niño la cambiaba y modificaba todo el diseño de la canastilla.

 

Llegó por fin el domingo día de la Madre, ya el niño había acordado con su hermanita que cada uno llevaría su regalo a la mesa para darle la sorpresa a la mamá. Cuando llegó el momento, la hermana llevó el suyo, pero el niño no aparecía por ningún lado. La madre, después de un buen tiempo lo llamó, pero él no salió de su cuarto, así que ella puso el oído a la puerta, entonces oyó al niño llorando. Muy sabia y discretamente, la madre abrió la puerta y vio a su hijo sentado en el piso con el regalo entre las piernas todo aplastado. Lo había ocultado detrás de un escritorio, alguien había movido el escritorio y había destrozado la canastilla.  Sin decir nada, la dulce madre se sentó junto al hijo y empezó a rehacer la canastilla. El niño comenzó a secarse las lágrimas y a medida que la canastilla volvía a tomar forma en las manos de la mamá, más y más amplia se hacía la sonrisa en su inocente rostro.

Al terminar la madre la tarea, fue con su hijo hasta el comedor con el regalo, fue así como el niño experimentó ese día de la Madre como el más inolvidable de toda su vida. 

 

Muchas veces en la vida podemos haber visto la misma escena de esta historia, pero no ya como una canastilla rota que reconstruye una madre con sus propias manos, sino vidas destrozadas, arruinadas, estropeadas, que toma Jesucristo en sus manos y las recompone y regenera. Jesucristo es el gran carpintero de las almas, Él tiene amor, tiene paciencia, tiene sabiduría y tiene poder, Él puede recomponer cualquier vida hecha pedazos.

 

El señor Jesucristo sólo está esperando que nosotros, con lágrimas y con esperanza, le entreguemos nuestra alma para que la pueda recomponer.

 

CONFESIÓN DE FE:

SE QUE NO IMPORTA EL NIVEL DE DETERIORO EN QUE SE ENCUENTRE MI VIDA, SI LA ENTREGO AL SEÑOR JESÚS, ÉL ES EL ÚNICO CAPAZ DE RECOMPONERLA Y RESTAURARLA AL ORIGINAL, ASÍ QUE HOY DECIDO RENDIRME A SUS PIES Y ENTREGARME EN SUS MANOS DE AMOROSO ALFARERO.

 

ORACIÓN:

Misericordioso Dios, El Shaddai, Dios El Todo Suficiente (Génesis 17:1). Mi Dios y Señor Jesús, se que Tú como una madre que amamanta, nutres y satisfaces completamente a tus hijos y tomas cuidado de todas sus necesidades. Es por eso por lo que hoy te pido, sabiduría para entender que no puedo ser mi propio Dios ni labrar mi propia felicidad, que no puedo ser mi propio Cristo para recomponer el gozo, ni puedo ser mi propio Espíritu Santo para que me cuide, me enseñe, me guíe y me gobierne. Mi amado Señor y Salvador Jesucristo, estoy plenamente convencido que tus planes para mi contemplan el recomponer totalmente mi vida en todas las áreas: material, física, económica, moral y principalmente la espiritual, y yo estoy totalmente decidido a acogerme a ellos. Gracias mi amado Señor Jesús porque empezaste la obra en mí y me has prometido tu fidelidad para completarla; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.