martes, 19 de marzo de 2019

ASOCIADOS

 

GÁLATAS 6:9,10 Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos, en especial a los de la familia de la fe. (NTV)

 

El servicio a los demás, asociados con el líder y su visión, y de la mano de Dios, con toda seguridad es una puerta abierta al logro de las metas.

 

Edwin C. Barnes tenía un deseo ardiente de convertirse en un asociado de negocios con el gran inventor Thomas A. Edison. Barnes no quería trabajar para Edison, quería trabajar con él. Como un paso hacia convertir su sueño en realidad, Barnes solicitó trabajo en el laboratorio de Edison en Nueva Jersey. Lo contrataron como empleado de oficina y le pagaban el sueldo mínimo, lo que era algo muy lejos de una sociedad. Los meses pasaron sin ningún cambio en su condición ni en su relación con Edison. La mayoría de la gente se habría rendido al sentir que su trabajo no la llevaba a ningún lado. Barnes, sin embargo, permaneció firme. Llegó a darse cuenta por completo del ambiente en la oficina y del trabajo de cada persona, entonces buscó maneras de lograr que el trabajo de cada uno fuera más placentero y eficiente. Sobre todo, permaneció dispuesto y optimista, vio todo lo que hacía como preparación para el día cuando llegara a ser socio de Edison en una nueva empresa. Llegó el día en que Edison le presentó a su personal de ventas su invención del "Dictáfono Edison". No creían que se vendería. Sin embargo…

¡Barnes vio esta máquina de apariencia extraña como su oportunidad!

Se dirigió a Edison anunciándole que le gustaría vender el dictáfono. Puesto que nadie más demostró entusiasmo alguno por él, Edison le dio la oportunidad al joven. Le concedió un contrato exclusivo para distribuir y promover la máquina de oficina por los Estados Unidos. Edwin Barnes tuvo éxito en alcanzar su meta de trabajar con el gran inventor y al mismo tiempo lograr su meta de tener éxito en los negocios.

 

¿Tienes una meta en mente o en tu corazón hoy?

Puedes estar seguro de que la alcanzarás mientras sirves a otros y los ayudas a alcanzar sus propias metas. La ayuda que le ofreces a un miembro de la familia, a un vecino, a un compañero de trabajo, a tu jefe o a tu líder hoy, regresará a ti en éxitos mañana.

Un servidor exitoso tiene que conocer y recibir la visión del líder, para poder presentarla y mantenerla adecuadamente frente a la gente.

 

CONFESIÓN DE FE:

AYUDARÉ A MI LIDER O JEFE A DESARROLLAR SU VISIÓN, Y AL PRÓJIMO A SUPERAR SUS DIFICULTADES, LES SERVIRÉ SIN CONDICIÓN, ENTONCES SEGURO SERÉ SORPRENDIDO POR LAS COSAS BUENAS QUE DIOS ENVIARÁ A MI CAMINO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Chasdi, Dios de mi Amabilidad (Salmo 51:18). Soberano Rey y Dios nuestro, Tú eres Amable y trabajas para hacernos amables. Mi Señor Jesús la vida de servicio y el sacrificio tuyo son el ejemplo supremo de la amabilidad de Dios Padre, es por eso por lo que hoy vengo a tu Presencia, para que me ayudes a poner en práctica ese estilo de vida que has impartido a mi corazón, una vida de amabilidad y servicio incondicional a mis semejantes y a mis lideres, pero para eso quiero ser tu asociado y poder ser dirigido de manera correcta y perfecta por tu Espíritu Santo. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por tu ejemplo de amor, servicio y sacrificio por toda la humanidad; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.