miércoles, 12 de marzo de 2014

ARRIESGANDO

ARRIESGANDO

 

MATEO 14:28 29 Entonces Pedro lo llamó:

-       Señor, si realmente eres Tú, ordéname que vaya hacia Ti caminando sobre el agua.

-       Sí, ven, dijo Jesús.

Entonces Pedro se bajó por el costado de la barca y caminó sobre el agua hacia Jesús. (N.T.V.)

 

©      ¿Te estas arriesgando?

Dos entrenadores de pelota (Baseball) se compadecían mutuamente por la dificultad de reclutar jugadores de calidad para sus equipos. Un entrenador dijo:

-       Si solo pudiera encontrar a un hombre que jugara cada posición a la perfección, le diera siempre a la pelota, nunca quedara fueran del juego y no hiciera un error en el campo.

El otro entrenador suspiró en acuerdo y añadió:

-       Sí, si apenas pudiéramos hacer que dejara su perro caliente y bajara de las gradas.

 

Jugar el juego de la vida al máximo requiere enfrentar riesgos. Sin ellos, la vida tiene poca emoción, poco que pueda contarse como excitante o que satisfaga:

©      Reírse es arriesgarse a parecer tonto.

©      Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.

©      Extender la mano a otras personas es arriesgarse a involucrarse.

©      Exponer sentimientos es arriesgarse a mostrar su verdadero yo.

©      Amar es arriesgarse a no ser correspondido.

©      Vivir es arriesgarse a morir.

©      Tener esperanza es arriesgarse a desesperarse.

©      Intentar es arriesgarse a fracasar.

 

Sin embargo, la persona que no arriesga nada, no está obrando, nada tiene y al final se vuelve nada. No tengas temor a enfrentar riesgos.

©      ¡Bájate de las gradas y juega a la pelota!

 

CONFESIÓN DE FE:

SERÉ ARRIESGADO COMO PEDRO, PUES SE QUE EL HOMBRE NO PUEDE DESCUBRIR NUEVOS OCÉANOS A MENOS QUE TENGA EL VALOR DE PERDER DE VISTA LA ORILLA, ESO ES ARRIESGARSE.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Jehová Nissi, El Señor es mi Bandera, es mi Milagro, (Éxodo 17:15). Si necesitamos un milagro, Tu Adonai, Rey de reyes y Señor de señores, se que puedes hacer uno para nosotros, pues eres nuestra bandera o estandarte. En medio de las batallas de la vida te vemos Alto y Levantado, y estoy convencido que si mantenemos nuestros ojos en Ti y te seguimos, como buenos cristianos arriesgando lo necesario, seremos milagrosamente victoriosos, sin importar que las circunstancias nos indiquen lo contrario. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo, Dios Todopoderoso, El Gibor (Isaías 9:6), porque con los ojos puestos en Ti y siendo arriesgado, sé que puedo salvar cualquier obstáculo de la vida. Amén.