jueves, 25 de agosto de 2016

MOTIVACIÓN CORRECTA

 

LUCAS 14:11-14 Aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados. Luego Jesús se dirigió al anfitrión: Cuando ofrezcas un almuerzo o des un banquete, le dijo, no invites a tus amigos, hermanos, parientes y vecinos ricos. Pues ellos también te invitarán a ti, y esa será tu única recompensa.  Al contrario, invita al pobre, al lisiado, al cojo y al ciego. Luego, en la resurrección de los justos, Dios te recompensará por invitar a los que no podían devolverte el favor. (N.T.V.)


©  De las recompensas celestiales por la motivación correcta en el servicio.

Los niños no son los únicos a quienes les gusta ser recompensados. Nuestro Creador sabe que también los adultos son motivados por los incentivos. Es por eso que encontramos promesas en su Palabra para quienes andan en sus caminos.

 

Algunos de estos beneficios están al alcance en este mundo, como son el sentimiento de realización, el gozo y el favor de otros, mientras que otras bendiciones se concederán en el cielo. Como creyentes, no tenemos que temer al juicio (Romanos 8:1); estamos vestidos con salvación por la sangre de Jesús, y no enfrentaremos la ira Divina. Pero el Señor determinará el valor de nuestras obras y qué recompensa merecemos. Para ayudarnos a entender esto, la Biblia habla de cuatro coronas:

1. La Corona Incorruptible:

Es dada a aquellos cuyo deseo es andar en obediencia delante de Dios. En medio de luchas e incluso de fracasos, siguen muriendo a la carne y obedeciendo al Espíritu.

2. La Corona de la Vida:

Es dada a los creyentes que se mantienen firmes, soportando pruebas, sin renunciar ni desanimarse.

3. La Corona de Justicia:

Se da a quienes anhelan la venida de Cristo y viven consagradamente para Él.

4. La Corona de Gloria:

La dará Dios a quienes llevan su Palabra a otros.

 

Y, como nos dice la Biblia, quedaremos maravillados por la Gloria de Jesús, y tendremos la honra de depositar nuestras coronas a sus pies. La recompensa suprema será proclamar la Gloria de Dios por toda la eternidad.

©  ¿Alguna vez se ha sentido usted como si su servicio a Dios no esté dando frutos?

Bueno, quisiera exhortarle a no darse por vencido por ese pensamiento. Gálatas 6:7,8 nos recuerda que cosechamos lo que sembramos, más de lo que sembramos y más tarde de lo que lo sembramos. Es decir, nuestras decisiones en el presente tienen un impacto increíble en nuestro futuro. Cada acto de desobediencia nos impide disfrutar del gozo y la paz que Dios ha preparado para nosotros, así como todo acto de sumisión nos permite disfrutar de lo mejor de Dios y contribuye a nuestra recompensa celestial.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE TENDRÉ EL MÁXIMO GOZO EN SU PRESENCIA, PERO PUEDO OCUPARME HOY MISMO DE SERVIR A DIOS CON OBEDIENCIA Y HUMILDAD. EL SERVICIO ME BENDICE AHORA Y EN LA ETERNIDAD, CUANDO LO HAGO CON LA MOTIVACIÓN CORRECTA.

 

ORACIÓN:

Padre Santo que estás en los Cielos, El HaKavod, Dios de Gloria (Salmo 29:3). Mi amado Rey y Señor, mi oración hoy es que todos los que te servimos con la motivación correcta continuemos sembrando semillas de fidelidad aun cuando no veamos los resultados inmediatos. Pero también con la consciencia de que un día seremos recompensados por cada acto de obediencia y servicio desinteresado a nuestros semejantes y en tu Reino. Hoy quiero darte gracias, mi Señor, por darme la oportunidad de servir en tu Reino y poder así proclamar tu Gloria a las naciones. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.