jueves, 20 de febrero de 2020

IMPOTENCIA

 

2 CRÓNICAS 20:1-4 Después de esto, los ejércitos de los moabitas y de los amonitas, y algunos meunitas le declararon la guerra a Josafat. Llegaron mensajeros e informaron a Josafat: "Un enorme ejército de Edom marcha contra ti desde más allá del mar Muerto; ya está en Hazezon-tamar". (Este era otro nombre para En-gadi). Josafat quedó aterrado con la noticia y le suplicó al Señor que lo guiara. También ordenó a todos en Judá que ayunaran. De modo que los habitantes de todas las ciudades de Judá fueron a Jerusalén para buscar la ayuda del Señor. (NTV)

 

De cómo hacer frente a la impotencia ante las circunstancias o emergencias.

¿Se ha sentido usted alguna vez totalmente impotente?

¿Puede usted recordar cuando enfrentó una situación o emergencia en la que se vio completamente impotente?

Esta es una experiencia seria para cualquier persona. Aun a las personas que dicen depender de Dios en todo, les gusta sentirse como si tuvieran un poco de control sobre sus circunstancias.

 

Josafat enfrentó un momento así. En el pasaje que estudiamos hoy, el buen rey se vio confrontado con noticias peligrosas: tres ejércitos diferentes habían unido sus fuerzas para destruir a Israel. Mientras escuchaba el informe, "una gran multitud" de los atacantes ya estaba en camino (Vs.2).

¿Cuál fue la respuesta del rey? El versículo 3 nos dice que "tuvo temor".

Sin embargo, supo exactamente qué hacer. La Biblia no dice: "Josafat tuvo temor y huyó", o "Josafat tuvo temor, pero se lanzó a la batalla".

No, la Biblia nos dice que "Josafat tuvo miedo y se dispuso a buscar al Señor" (LBLA).

 

Esa fue la respuesta perfecta a una situación de impotencia. El rey sabía que este no era, ni el momento de rendirse ni tampoco el de tomar acción motivado por el temor. En vez de eso, hizo lo único que podía hacer: oró. Y, además, pidió que los demás también oraran. De repente, toda la situación cambió, porque Dios había sido invitado a actuar en una situación de impotencia.

 

Cuando nos sintamos impotentes,

lo primero que debe salir de nuestra boca debe ser:

¡¡¡Padre Celestial!!!

A partir de ese momento, la impotencia ya no es un problema,

porque Dios nos dará lo que necesitemos

 

CONFESIÓN DE FE:

EN ESOS MOMENTOS DE IMPOTENCIA, Y SI VIENE EL TEMOR, SERÁN AQUELLOS EN QUE CON MÁS AHÍNCO Y CONVICCIÓN BUSCARÉ EN LA PRESENCIA DE DIOS SU DIRECCIÓN Y LA FORTALEZA PARA ACTUAR DE ACUERDO CON SU VOLUNTAD.

 

ORACIÓN:

Mi Dios Todopoderoso, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (Salmo 27:1). Mi amado Rey y Señor Jesús, Tú eres el Fuerte y deseas hacernos fuertes. Es por eso por lo que cuando nos damos cuenta de que somos impotentes ante las circunstancias o emergencias, entonces Tú puedes darnos la dirección y la fortaleza, cuando a Ti clamamos; y es el momento en que podemos decir como el salmista: el Señor es mi luz y mi salvación, entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro, entonces ¿por qué habría de temblar? Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo, por ser el Dios de mi fortaleza y quien suple todas mis necesidades; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.