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2 PEDRO 3:17,18 Estimados hermanos, ustedes ya saben esto. Así que tengan cuidado y no permitan que esos perversos los lleven por el mal camino ni que su fe se debilite. Conozcan mejor a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y así recibirán cada vez más de su generoso amor. Alaben a Cristo ahora y siempre. Así sea. (P.D.T.)
© De cómo volver al buen camino.
No importa qué tan apartado haya estado usted de Dios, siempre será recibido con los brazos abiertos por Él. Esa es la enseñanza de la parábola del Señor Jesús sobre el hijo pródigo, el joven insensato que siguió el camino del placer que lo llevó a la ruina, y que luego volvió a su padre y encontró redención.
(Lucas 5:11-32).
Es posible que a usted no le haya llegado la ruina todavía, pero sabe que su corazón se ha enfriado a las cosas de Dios. Cualquiera que sea la historia de su alejamiento, que hoy sea el día en que decida volver al Señor.
Como sucede con cualquier pecado, lo primero que tiene que hacer para volver al buen camino es reconocer que se ha alejado del Señor. Luego, confiéselo y arrepiéntase, que es como dirigir el bote en la dirección contraria y remar con todas las fuerzas hacia Dios. Si se está preguntando cómo hacerlo, le sugiero una estrategia que yo utilizo cada mañana. Antes de salir de la cama, le digo a Dios mentalmente:
- Te entrego todo este día de mi vida.
Cuando surge algo contrario al plan de Dios y pienso en seguirlo, el Espíritu Santo me recuerda que no me pertenezco a mí mismo. Solo sigo la voluntad de Dios. Cada día elegimos si remaremos o si seremos arrastrados por la corriente.
Pedro nos advierte, en el pasaje que estudiamos hoy, que estemos en guardia contra actitudes e ideologías que puedan alejarnos de la verdad (Vs.17). Decida remar hacia el Señor meditando en la Palabra, orando y viviendo en obediencia. Practicar las disciplinas espirituales hace que nuestro corazón se mantenga ferviente hacia Dios.
CONFESIÓN DE FE:
DIOS NOS DA LA OPORTUNIDAD DIARIA DE ELEGIR SI REMAREMOS HACIA ÉL O SI NOS DEJAMOS ARRASTRAR POR LA CORRIENTE. EN CUANTO A MÍ, ELIJO BUSCAR A DIOS Y NO PERMITIR QUE NADA NI NADIE ME ALEJE DE ÉL.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Kana, Dios Celoso (Deuteronomio 4:24). Mi amado Rey y Señor, El Todopoderoso, se que eres extremadamente protector de tu pueblo y no quieres compartir nuestros afectos con otros "dioses". Tu mismo Nombre y Carácter es Celoso, por eso bien dice tu Palabra y hoy quiero citarla en mi oración: No adores a ningún otro dios, porque el Señor, cuyo Nombre es Celoso, es Dios celoso de su relación contigo(Éxodo 34:14). Por eso hoy quiero darte gracias mi Señor y Salvador Jesucristo, porque das evidencias permanentes de tu interés por tus hijos y sé que siempre estarás con los brazos abiertos para vernos con amor y acogernos al volver a tu Presencia. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.
Juan Manuel Lamus O.