lunes, 5 de febrero de 2018

RENDIDA

 

ROMANOS 6:15-18 Ahora bien, ¿eso significa que podemos seguir pecando porque la Gracia de Dios nos ha liberado de la ley? ¡Claro que no! ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta. Antes ustedes eran esclavos del pecado, pero gracias a Dios, ahora obedecen de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta. (NTV)

 

♥ De una vida rendida al Señor Jesús.

La entrega al Señor requiere una transferencia definitiva y deliberada del control de nuestra vida y del uso de nuestro cuerpo, alma y espíritu.

 

♥ ¿Alguna vez ha sentido que la vida cristiana es como una montaña rusa? 

Tal vez haya escuchado un sermón persuasivo o asistido a una iglesia y tomado luego la decisión de rendirse por completo a Cristo. Pero después de un par de meses, se encuentra justo donde había comenzado, nada ha cambiado, queda desanimado y sintiéndose fracasado. Entonces se pregunta: 

♥ ¿Por qué no puedo hacer un compromiso duradero?

Todos hemos tenido esa experiencia en algún momento, entonces lo primero que debemos entender es que el deseo de rendirse a Cristo no siempre implica un compromiso. El factor decisivo es el control: 

♥ ¿Quién tiene la última palabra en cuanto a cómo utilizamos el tiempo, las energías y los recursos que tenemos? 

♥ ¿A quién permitimos que gobierne con plena autoridad, a nosotros o a Dios?

 

Como creyentes, sabemos que hemos sido comprados por la sangre preciosa de Cristo, y que ahora le pertenecemos (1 Corintios 6:19,20). Pero, hablando en términos prácticos, propiedad no es lo mismo que posesión. Por ejemplo, supongamos que usted vende su casa a alguien y firma el título de propiedad, esa persona es ahora la dueña de la casa, pero no tendrá posesión de ella sino hasta que usted se mude y le entregue la llave. Algunas veces, seguimos actuando como si fuéramos los dueños de nuestra vida. Si queremos rendirnos por completo al Señor, tenemos que renunciar a la posesión de toda nuestra existencia a Él. El pasaje que estudiamos hoy nos dice que somos esclavos de aquel a quien obedecemos, ya sea del pecado o de Dios (Vs.16). No hay término medio; tenemos que escoger servir a uno u otro. 

 

CONFESIÓN DE FE:

LA CLAVE PARA TENER UNA VIDA CRISTIANA FIEL EN TODO MOMENTO, SE ENCUENTRA SOLO EN VOLVERNOS ESCLAVOS OBEDIENTES DE CRISTO, EN TENER UNA VIDA RENDIDA A ÉL, EN CUERPO, ALMA Y ESPÍRITU, ENTONCES ASÍ LO HARÉ.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Mekaddesh, Dios que Santifica (Ezequiel 37:28). Mi amado Rey y Señor Jesús, Tú eres santo, único, especial, singular, y sé que a santidad viene de acercarse a Ti, Adonai Mekaddesh, el Señor que Santifica, y mientras más nos acerquemos más santos seremos. Es por eso que hoy vengo en la búsqueda de tu Presencia para reconocerte como mi único Dios y Señor, mi dueño, y hacerme, en obediencia y amor, esclavo tuyo, pues quiero ser ese siervo fiel que en cuerpo, alma y espíritu tiene la vida totalmente rendida a Ti. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.