lunes, 5 de octubre de 2015

CONSIDERADOS

 

ROMANOS 15:1,2 Los que somos fuertes debemos tener consideración de los que son sensibles a este tipo de cosas. No debemos agradarnos solamente a nosotros mismos. Deberíamos ayudar a otros a hacer lo que es correcto y edificarlos en el Señor. (N.T.V.)

 

©  Cómo aprender a llevar las cargas de otros, a ser considerados.

La Biblia exhorta a los cristianos a compartir las cargas unos con otros. Hacerlo de manera efectiva requiere sensibilidad, aceptación y disponibilidad.

 

1. Sensibilidad. 

Si usted no es sensible a los problemas de quienes le rodean, ¿cómo puede ayudarlos? Cada semana, usted se sienta en la iglesia entre personas que sufren intensamente. El Señor conoce el dolor de cada una, y está allí para liberarlas, pero generalmente actúa por medio de sus hijos. Felizmente, tenemos el Espíritu de Dios que nos sensibiliza en cuanto a las necesidades que hay en medio nuestro.

2. Aceptación. 

No debemos llevar las cargas basándonos en nuestra opinión acerca de la otra persona. Jesús no hace diferencia entre las personas que debemos amar o ayudar. Si queremos ser como Cristo, debemos estar dispuestos a compartir el dolor de los demás, sin importar quiénes sean.

3. Disponibilidad. 

A veces, los cristianos piensan que es responsabilidad del pastor cuidar de los demás. Pero él también tiene cargas. Su pastor quiere ayudar a todo el mundo en todas las formas posibles, pero si él es el único que está disponible para ofrecer apoyo a la iglesia, ambos se derrumbarán. Una comunidad de fe prospera cuando las personas llevan sus cargas mutuamente. Pregúntese si hay una manera en que puede ayudar a llevar las cargas en su iglesia.

 

La Biblia nos dice: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Gálatas 5:14). Después de amar al Señor con todo el corazón, este es el mandamiento más grande (Mateo 22:39). Por tanto, cuando nos hacemos partícipes del sufrimiento y las cargas de otros, cumplimos con una gran ley de Dios.

 

CONFESIÓN DE FE:

ME HARÉ SENSIBLE A LAS NECESIDADES DE MIS SEMEJANTES SIN IMPORTAR QUIENES SEAN, Y ESTARÉ DISPUESTO A LLEVAR CARGAS QUE INCLUSIVE NO ME CORRESPONDAN, PUES ESTO HACE PARTE DE LA GRAN COMISIÓN.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Rachum, Dios de Compasión (Deuteronomio 4:31). Dios Todopoderoso y Señor mío, misericordioso y compasivo eres Tú. Por eso quiero darte hoy, porque Tú has aplicado misericordia abundante sobre mi vida y tu amor incondicional me ha hecho parte de tu maravillosa familia. Pero hoy quiero poner en tus manos mi corazón para que lo llenes de esa misma misericordia y amor para que yo pueda hacerme participe de los sufrimientos y las cargas de otros que se encuentren en necesidad, pues quiero ser participe real y activo de la misión que nos has encomendado. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por llevar mis cargas. Amén.


Juan Manuel Lamus O.