ANHELOS
SALMO 37:4-7 Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al Señor todo lo que haces; confía en Él, y Él te ayudará. Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía. Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que Él actúe. No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones. (N.T.V.)
© Anhelos = Los deseos de nuestro corazón.
Dios quiere ser nuestra pasión más grande. Si decimos que amamos al Señor, nuestra relación con Él debe tener prioridad sobre los bienes, la profesión, e incluso las otras personas. Pero a menudo interpretamos mal el Vs.4 de este Salmo 37, asumiendo que significa que podemos tener todo lo que queramos. No es raro que alguien me hable de una petición de oración, y que luego añada:
- "Dios prometió concederme las peticiones de mi corazón".
Pero en el contexto, este pasaje revela el principio del Señor para purificar nuestros deseos y hace un llamado a la devoción a Él.
© Deleitarse en el Señor significa disfrutar de descubrir más acerca de Él, y obedecer su voluntad. Esto lleva a que el Espíritu Santo ajuste los deseos de nuestro corazón a los de Él, lo que siempre nos pone en posición de experimentar sus bendiciones.
Cuando consagramos nuestros caminos a Dios, permitimos que nuestros pensamientos, propósitos y estilo de vida sean moldeados por su voluntad y por las cosas que Él ama, es decir, reconocemos su derecho a decidir si nuestro anhelo se ajusta a su plan. Si descansamos en el Señor y esperamos con paciencia en Él, confiamos en que se ocupará de las circunstancias, aun cuando el deseo que Él nos haya dado parezca irrealizable. Cuando Dios es nuestro primer amor, nuestros corazones se concentran en dar a conocer su gloria en nuestras vidas. Tomar el asunto en nuestras manos no "ayuda a Dios". Él quiere concedernos los deseos de nuestro corazón en su tiempo, cuando estemos alineados con su voluntad.
CONFESIÓN DE FE:
PARA MI ESTA ES UNA VERDAD BÍBLICA FUNDAMENTAL: CUANDO APRENDEMOS A DELEITARNOS EN EL SEÑOR, NUESTROS DESEOS SON REEMPLAZADOS POR SU VOLUNTAD Y PROPÓSITO PERFECTOS PARA NUESTRA VIDA.
ORACIÓN:
Señor Jesús, Elohim Kedem, Dios del Principio, Preeminente (Colosenses 1:18). Dios y Señor nuestro, El Todopoderoso, siempre fue y es; eres antes de todas las cosas en tiempo y en prioridad, y por eso se que debes ser preeminente ante todo en nuestros afectos, pues Tú no tienes posición, eres el único, el verdadero. Gracias quiero darte hoy mi Señor, por permitir que los anhelos de mi corazón se puedan realizar de acuerdo a como son moldeados por tu voluntad, y en tu tiempo, es decir cuando yo este alineado con esa buena, agradable y perfecta voluntad tuya. Uno de mis anhelos es conocerte cada día más y deleitarme siempre en tu presencia. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo. Amén.
Juan Manuel Lamus O.