viernes, 17 de marzo de 2017

SEGURIDAD

 

ROMANOS 5:6-10 Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores. Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena; pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Entonces, como se nos declaró justos a los ojos de Dios por la sangre de Cristo, con toda seguridad Él nos salvará de la condenación de Dios. Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo. (N.T.V.)


©  Estamos Seguros eternamente en Cristo, pues Él es nuestra seguridad de salvación.

Aunque muchos cristianos saben que son salvos, tienen preguntas en cuanto a su seguridad eterna.

©  ¿Nuestra salvación depende de nuestra conducta?

Examinar lo que sucedió cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador, nos dará garantía y convicción de la seguridad que tenemos en Él.

 

Antes de ser salvos, teníamos un problema espiritual. Nacimos con una naturaleza inclinada a rebelarse contra Dios, nuestro ser interior rechazaba de forma habitual su autoridad y tenía el control. Por nuestra condición pecaminosa, estábamos muertos espiritualmente (Efesios 2:1), bajo el juicio de Dios, y destinados a la separación eterna de Él, ninguna cantidad de buenas obras, de arrepentimiento o de buena conducta podrían haber cambiado nuestra condición pecaminosa. Era necesaria una solución Divina, sabiendo esto, nuestro Padre Celestial proveyó lo que necesitábamos por medio de su Hijo Jesucristo (Juan 3:16).

 

El día que pusimos nuestra fe en Jesucristo como Salvador nuestra situación cambió, de condenación y muerte a perdón y vida (Juan 5:24). Recibimos una nueva naturaleza que quería agradar a Dios y fuimos adoptados en su familia (2 Corintios 5:17). El regalo Divino de la salvación nos libró de la muerte eterna, y nos dio vida espiritual y vida eterna; no podemos volver a nuestro estado de muerte y falta de perdón. Aunque nuestra conducta no reflejará siempre nuestra nueva naturaleza, los errores que cometamos no ponen en peligro nuestra salvación. Recuerde que no son nuestras acciones sino la obra de Cristo en la cruz lo que cambió nuestra condición y nada puede deshacer un renacimiento espiritual producido por la fe en Cristo (Juan 3:3). En todas estas verdades bíblicas se basa nuestra seguridad de salvación.

 

CONFESIÓN DE FE:

NUESTRA NUEVA CONDICIÓN DE HIJOS DE DIOS ES PERMANENTE, PORQUE SE BASA EN LO QUE JESÚS HA HECHO EN LA CRUZ DEL CALVARIO, SU SACRIFICIO FUE SUFICIENTE, UNA VEZ Y PARA SIEMPRE. ESA ES NUESTRA SEGURIDAD DE SALVACIÓN.

 

ORACIÓN:

Señor Jesucristo, Elohim Yishi, Dios de mi Salvación (Salmo 25:5). Mi Señor y Salvador Jesús, hoy quiero darte gracias por tu sacrificio, pues al dar tu vida en rescate por la nuestra nos has provisto la salvación y la seguridad de que tendremos vida eterna a tu lado en la Gloria del Padre Celestial. Yo estoy seguro que los errores que pueda cometer en mi diario vivir, no podrán cancelar la maravillosa obra tuya en la cruz del calvario, pues sé que esto fue suficiente y completo; sin embargo estaré atento a tu instrucción y guía para trabajar en ellos y librarme de las ataduras del pecado. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por ser el Dios de mi salvación y darme seguridad eterna. Amén.


Juan Manuel Lamus O.