viernes, 5 de diciembre de 2014

¡¡¡YO LO SÉ!!!

¡¡¡YO LO SÉ!!!

 

©      Yo sé que el dolor te hunde, que ese peso quita el equilibrio. 

Lo he sentido muchas veces así, como estrujando en las paredes del alma, como enfundando la fe, como paralizándonos la vida.  

©      Yo sé que seca raíces, oscurece espacios, debilita el deseo, nos saca el alma de la vida… Yo lo sé.

 

©      Pero siempre se sobrevive…

Porque la vida tiene mucha fuerza, porque tú tienes  grandes resortes para andar de nuevo, porque Dios ayuda, porque las lágrimas se secan, porque el tiempo cicatriza, porque la gracia trabaja, porque el hombre está configurado y capacitado para reconstruirse, levantarse y resurgir.

 

©      Porque los acontecimientos se suceden con gran velocidad y nos van envolviendo, nos van sorprendiendo, nos van rompiendo el manto de la negrura. 

©      Porque Dios siempre compensa y nos deja caer un poquito de luz por donde podemos empezar de nuevo.  

©      Porque poco a poco empezarás a tener otros razonamientos, otros motivos, otras metas y la vida pasará ante ti con nuevas oportunidades, nuevos asombros y nuevas sorpresas.

 

©      Sal de tu abismo, que a veces la felicidad es una capacidad personal. 

La cortamos a nuestra medida y tiene el ancho de nuestro espacio interior y la talla de nuestro espíritu.  Cada uno le da la forma de su personalidad y sus valores. 

©      Muchas veces la felicidad que procuramos es la que ya tenemos. 

 

©      Hasta que te des cuenta del espacio inmenso de felicidad que tienes a tu lado sin llenar, no aprenderás a valorarla.

Y hasta que no la valores, no te nacerán las alas, y hasta que no te nazcan, no aprenderás a volar, no te tropezarás con Dios. 

©      Cuando te encuentres con Él, se llenarán tus alas, se te iluminará la sonrisa y bajarás a la tierra con verdaderos deseos de ser feliz.

(Zenaida Bacardi de Argasmasilla)

 

¡¡¡Yo lo sé, podemos celebrar nuestra recuperación!!!

 

1 PEDRO 5:8-11

¡Estén alerta!

Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. Manténganse firmes contra él y sean fuertes en su fe. Recuerden que su familia de creyentes en todo el mundo también está pasando por el mismo sufrimiento. En su bondad, Dios los llamó a ustedes a que participen de Su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, Él los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y los afirmará sobre un fundamento sólido.

¡A Él sea todo el poder para siempre! Amén. (N.T.V.)

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


Juan Manuel Lamus O.

       

 

RECUPERACIÓN

 

RECUPERACIÓN

 

ESTER 2:6,7…17,18 Su familia había estado entre los que, junto con Joaquín, rey de Judá, fueron desterrados de Jerusalén y llevados a Babilonia por el rey Nabucodonosor. Mardoqueo tenía una prima joven muy hermosa y atractiva que se llamaba Hadasa, a la cual también le decían Ester. Cuando el padre y la madre de ella murieron, Mardoqueo la adoptó, la integró a su familia y la crió como su propia hija…Y el rey amó a Ester más que a todas las demás jóvenes. Estaba tan encantado con ella que le puso la corona real sobre la cabeza y la declaró reina en lugar de Vasti. Para celebrar la ocasión, ofreció un gran banquete en honor de Ester a todos sus nobles y funcionarios, decretó día de fiesta para las provincias y entregó generosos regalos a todos. (N.T.V.)

 

©      "Celebremos la Recuperación".

Todos tenemos un pasado. La historia familiar nos acompaña desde que nacimos y lo hará durante toda la vida. Para muchos pensar en el pasado es recordar situaciones traumáticas de abandono, de pérdidas, de sentimientos de infelicidad y hasta escenas de violencia regresan a la mente, frescas y actuales. Todas estas experiencias que están archivadas en nuestra mente son resucitadas para dañar el presente, atándonos al dolor del pasado y deteniendo cualquier iniciativa de ponernos de pie y mirar al futuro con esperanza. Esto no le pasa solo a algunos, todos funcionamos de esta manera, luchando en nuestra mente con pensamientos dominantes capaces de abortar cada intento de recuperación que podamos tener. Pablo  decía que no ignoramos las maquinaciones del diablo y su escasa capacidad para detener nuestro andar y lograr que no cumplamos el propósito de Dios en la tierra. (2 Corintios 2:11)

 

Ester, huérfana, criada en otra región por un primo mayor que ella, decide sobreponerse a su pasado doloroso y asumir un compromiso que luego la llevaría a cambiar el destino de toda una generación de judíos. (Leer Ester 8 y 9). Si seguimos atados al pasado nuestra vida no llevará fruto, si dejamos los recuerdos dolorosos a los pies de la cruz, el Señor Jesús romperá las cadenas y nos dará sanidad, libertad y restauración en la mente y en el corazón. Somos el resultado de la Gracia de Dios en nuestras vidas, por la cual hemos sido restaurados para servirle. El diablo esta vencido, sin embargo conozco sus estrategias y sé que puedo contrarrestarlas por medio del verdadero "Poder Superior", Jesucristo.

 

CONFESIÓN DE FE:

EL DIABLO ESTA DERROTADO, PERO ESTOY CONSCIENTE DE SUS MAQUINACIONES Y DE QUE PUEDO VENCERLAS POR MEDIO DEL VERDADERO "PODER SUPERIOR", JESUCRISTO; DE MANERA QUE PUEDO YO CELEBRAR MI RECUPERACIÓN Y SERVIRLE CON EFECTIVIDAD.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Rapha, El Señor que Sana (Éxodo 15:26). Señor Jesús, eres el verdadero "Pode Superior" que nos restaura tanto del cuerpo como del alma. En el cuerpo, preservando de y curando enfermedades; y del alma, perdonando las iniquidades y liberándonos del dolor y heridas del pasado. Tu Santo Nombre es Poderoso y esta sobre todo nombre, se que Tú has vencido al enemigo en la cruz y de esta forma me has dado el poder sobre él. Entonces puedo decir: Si Tú estás conmigo ¿Quién contra mí? Hoy te entrego mis heridas para que las sanes, quiero ser y hacer lo que soñaste de mí. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por romper mis ataduras y darme la libertad de la mente y del corazón. Amén.


Juan Manuel Lamus O.