miércoles, 21 de noviembre de 2018

CRECIMIENTO

 

LUCAS 13:18-21 Entonces Jesús dijo:

-   "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Cómo puedo ilustrarlo? Es como una pequeña semilla de mostaza que un hombre sembró en un jardín; crece y se convierte en un árbol, y los pájaros hacen nidos en las ramas". También preguntó:

-   "¿A qué otra cosa se parece el Reino de Dios? Es como la levadura que utilizó una mujer para hacer pan. Aunque puso sólo una pequeña porción de levadura en tres medidas de harina, la levadura impregnó toda la masa". (N.T.V.)

 

¿A qué es semejante el Reino de Dios?

La Palabra de Dios, mediante dos parábolas, ponen ante nuestros ojos una de las características propias del Reino de Dios: Es algo que crece lentamente, pero que llega a hacerse grande hasta el punto de ofrecer amparo, abrigo y protección.

 

Con esta parábola, Nuestro Señor Jesucristo exhorta a la paciencia, a la fortaleza y a la esperanza. Estas virtudes son particularmente necesarias para quienes se dedican a la propagación del Reino de Dios. Es necesario saber esperar a que la semilla sembrada, con la gracia de Dios y con la cooperación humana, vaya creciendo, ahondando sus raíces en la buena tierra y elevándose poco a poco hasta convertirse en árbol. Hace falta, en primer lugar, tener fe en la virtualidad o fecundidad contenida en la semilla del Reino de Dios. Esa semilla es la Palabra:

Nuestro Señor Jesucristo se comparó a Sí mismo con el "grano de trigo que cuando cae en tierra y muere da mucho fruto" (Juan 12:24).

El Reino de Dios, prosigue Nuestro Señor, es semejante a la levadura (Vs.21). También aquí se habla de la capacidad que tiene la levadura de hacer fermentar toda la masa. Así sucede con "el resto de Israel" de que se habla en el Antiguo Testamento: el "resto" habrá de salvar y fermentar a todo el pueblo.

Siguiendo con la parábola, sólo es necesario que el fermento esté dentro de la masa, que llegue al pueblo, que sea como la sal capaz de preservar de la corrupción y de dar buen sabor a todo el alimento (Mateo 5:13).

También es necesario dar tiempo para que la levadura realice su labor.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY CONVENCIDO QUE LAS PARÁBOLAS DE JESÚS ANIMAN A LA PACIENCIA Y LA SEGURA ESPERANZA; QUE SE REFIEREN AL REINO DE DIOS Y A LA IGLESIA, Y QUE SE APLICAN TAMBIÉN AL CRECIMIENTO DE ESTE MISMO REINO EN CADA UNO DE NOSOTROS, Y AL EVANGELISMO.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, Señor Jesucristo, El Goel, nuestro Pariente Redentor (Éxodo 6:6). Gracias quiero darte Dios mío, por tu hijo amado Jesucristo, nuestro Redentor. Aquel quien dio todo de sí, su vida misma por nosotros los pecadores. Pero  hoy mi agradecimiento también contempla la verdad de tu Palabra, que nos lleva a niveles de entendimiento y crecimiento que ni siquiera podemos imaginar, Palabra que por medio de parábolas y metáforas nos traen esperanza, y que por medio de la paciencia, como fruto de nuestro espíritu, producen el crecimiento de tu Reino en nosotros y a través del evangelismo en los demás. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por todas tus enseñanzas que nos animan a la paciencia y auguran una segura esperanza; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.