viernes, 18 de octubre de 2019

TESTIMONIO PERSONAL

 

JUAN 9:24-27 Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron:

-      Es Dios quien debería recibir la gloria por lo que ha pasado, porque sabemos que ese hombre, Jesús, es un pecador.

-      Yo no sé si es un pecador, respondió el hombre, pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver!

-      ¿Pero qué fue lo que hizo? le preguntaron. ¿Cómo te sanó?

-      ¡Miren! exclamó el hombre. Ya les dije una vez. ¿Acaso no me escucharon? ¿Para qué quieren oírlo de nuevo? ¿Ustedes también quieren ser sus discípulos? (NTV)

 

Del poder del testimonio personal. (Leer todo Juan 9)

¿Ha pensado usted alguna vez en el gran poder que tiene su sencillo testimonio?

 

El Evangelio de Juan nos cuenta una historia maravillosa acerca de un hombre ciego que Jesús sanó. Si la historia hubiera terminado simplemente cuando el hombre abrió los ojos y alabó a Dios, aun eso habría sido grandioso, pero Juan sigue con el relato para decirnos lo que sucedió después. Las autoridades judías no sabían qué pensar de esta sanación milagrosa. Tenían todas las pruebas de un hombre que sabían que había nacido ciego:

la multitud que escuchó su conversación con Jesús; y

la prueba de identidad del hombre, que dieron sus padres.

Pero se negaron a creer lo que estaba claro para tantos, es decir, cuestionaron el testimonio del hombre. Las autoridades religiosas expresaron su incredulidad llamando a Jesús pecador (Vs.24), como si la falta de fe de ellos descalificara de algún modo su milagro. La respuesta del hombre en el Vs.25 fue brillante por su sencillez:

-      "Yo no sé si es un pecador, pero lo que sé es que yo antes era ciego, ¡y ahora puedo ver!".

 

No importa qué más dijeran, el hombre sabía que los fariseos no podían refutar el hecho básico de que había sido sanado. La Biblia señala que las autoridades perdieron los estribos, porque no pudieron contradecir ese hecho.

 

La gente simplemente no puede ni podrá jamás contradecir la verdad de la experiencia que los creyentes hemos tenido con el Señor Jesucristo.

 

¡¡¡Nuestro testimonio personal deja huella en los demás!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

ME LLENA DE GRAN GOZO EL HECHO DE QUE EL SEÑOR ME HA DADO UNA PODEROSA ARMA EN MEDIO DE UNA BATALLA ESPIRITUAL TAN TERRIBLE COMO LA QUE VIVIMOS HOY, MI TESTIMONIO PERSONAL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Gibor, Dios Todopoderoso (Isaías 9:6). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, sé que Tú eres un guerrero poderoso y la fuerza mayor en todo el universo, y que esa misma fuerza y poder la has impartido a mi ser por medio del Espíritu Santo, es por eso que iré de frente, sin importar lo que los incrédulos digan, dejándoles saber mi testimonio personal, de manera que ellos sean impactados y se decidan por Ti, para experimentar la sanidad integral que tanto necesitan y que solo Tú, Jehová Rapha, nuestro sanador, puedes proveer. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.