martes, 6 de mayo de 2014

RELACIONES

RELACIONES

 

1 CORINTIOS 5:8b Nuestra nueva vida es como una fiesta de Pascua. Nuestro cordero de la Pascua es Cristo, que fue sacrificado en la cruz. Nosotros somos como el pan de la fiesta, y debemos ser como el pan sin levadura, es decir, sinceros y honestos. No seamos malos ni hagamos daño a nadie, pues seríamos como el pan que se hace con levadura vieja. (T.L.A.)

 

©       Lidiar con gente complicada siempre es un problema, especialmente sí la persona complicada es uno mismo.

Las relaciones personales no son difíciles, pero se vuelven complicadas cuando no aplicamos la Regla de Oro:

©       "Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti".

©       "No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti". 

©       "Trata a los demás como a ellos les gustaría que los trataras".

 

Todos los días nos estamos relacionando con personas, quienes pueden ser  nuestra pareja, nuestras familias, amistades, clientes, etc. y es probable que con algunos nos llevemos muy bien, sin embargo con otros se nos hace cuesta arriba desarrollar una relación y esto puede costarnos un fracaso, pudiera ser emocional, físico, espiritual o financiero, hasta la pérdida de un empleo.

©       ¿Cómo podemos mejorar?

El primer paso para tener una relación exitosa es "ser el mejor", y tratar a los demás como a  mí me gustaría ser tratado. Esto no es solamente para obtener un beneficio de  la otra persona, es para mí propio beneficio. Por ejemplo, las parejas de matrimonios son las que enfrentan mayores conflictos y esto se va a reflejar en todas las demás áreas de la vida, en su trato con los hijos o con los compañeros de trabajo o socios de negocios. Diversos problemas atacan a las parejas y muchas veces no se resuelven por causa del egoísmo, donde ninguno quiere dar su brazo a torcer y piensan que cada uno tiene la razón. Buscan ganar cuando lo ideal es que ganen ambos. Para lograr eso debes recordar que lo que haces a tu pareja te lo haces a ti mismo porque son uno solo.

 

©      ¿Estoy tratando a mi pareja, mis compañeros de trabajo, amigos, hermanos, socios, discípulos, hijos etc., como a mí me gustaría que me trataran?

Si yo hago trampas en el matrimonio, realizo cosas indebidas en el trabajo, no valoro las relaciones ni las amistades y lo que busco es mi provecho personal, me estoy engañando a mí mismo. No pienses que te estás saliendo con la tuya. Existe la ley de la siembra y la cosecha que dice: "Cosechamos lo que sembramos, y mucho más de lo que sembramos".

Así que debo preguntarme:

©       ¿Qué estoy sembrando en esta relación?

Porque si estoy sembrando amor, voy a cosechar amor. Pero, si estoy sembrando engaños voy a cosechar engaños. Si siembro semillas de rectitud cosecharé paz, integridad, relaciones benéficas de gran calidad y de valor permanente. Todos queremos relaciones saludables, relaciones que nos hagan crecer, relaciones donde podamos sentirnos amados, y para lograrlo debemos proponernos nunca tomar ventaja de la relación, eso sería manipulación y sólo te estás engañando al final. Recuerda el gran mandamiento dado por Dios "ama a tu prójimo como a ti mismo" no puedes amar a tu prójimo hasta que primero te ames a ti, no puedes valorar a otros hasta que no te valores a ti mismo. El punto es que no tienes ventajas sobre los demás, no estás solo y para vivir necesitas de buenas relaciones. Todos los éxitos en la vida son el resultado de iniciar relaciones con la gente correcta y luego fortalecer esas relaciones con buenas destrezas relacionales.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ VIVIR BAJO LA REGLA DE ORO, TRATAR A LOS DEMÁS COMO ME GUSTARÍA QUE ME TRATARAN, O MEJOR AÚN, COMO A ELLOS LES GUSTARÍA SER TRATADOS, ESTO ME LLEVARÁ SEGURAMENTE A SER FELIZ, PRODUCTIVO  Y A VIVIR EN UN MUNDO MEJOR.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Chasdi, Dios de mi Amabilidad (Salmo 51:18). Mi amado Señor se que Tu, El Fuerte, eres Amable y trabajas para hacernos amables, por eso hoy te pido, ayúdame a vencer mi orgullo y el egoísmo de manera que pueda establecer buenas relaciones interpersonales y en todas las áreas de mi vida, con el fin de lograr armonía, ser productivo y alcanzar la felicidad relativa que esto me pueda brindar. Gracias Padre Santo y Poderoso, gracias Espíritu Santo por redargüirme y brindarme dirección, paz y consuelo en el trato con los demás. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.