MEDIDA
JUAN 14:20-24 Cuando Yo vuelva a la vida, ustedes sabrán que estoy en mi Padre y que ustedes están en Mí, y Yo, en ustedes. Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a Mí, mi Padre los amará a ellos. Y Yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos.
Judas (no Judas Iscariote, sino el otro discípulo con el mismo nombre) le dijo:
- Señor, ¿por qué te darás a conocer sólo a nosotros y no al mundo en general?
Jesús contestó:
- Todos los que me aman harán lo que Yo diga. Mi Padre los amará, y vendremos para vivir con cada uno de ellos. El que no me ama no me obedece. Y recuerden, Mis palabras no son mías, lo que les hablo proviene del Padre, quien me envió. (N.T.V.)
© La verdadera medida del amor a Cristo, la obediencia. (Leer Juan 14:15-30)
Cuando leía el pasaje que estudiamos hoy, me hallé culpable de no estar a la altura de las expectativas del Señor Jesús. Es fácil decir:
- "Señor, yo te adoro"…
Pero ha habido momentos en los que he usado estas palabras oponiendo resistencia al mismo tiempo a algo que Él estaba tratando de grabar en mi corazón.
Es cierto el viejo dicho:
© ¡Una acción vale más que mil palabras!
La medida de nuestro amor es la obediencia a las ordenanzas y a los preceptos de Dios. Obedecer Sus instrucciones es tan importante, que Jesús hizo hincapié en este punto tres veces en el pasaje de hoy (Vss.15, 21 y 23). Tampoco era un concepto nuevo para los discípulos. Estaban familiarizados con la conexión bíblica entre el amor y la obediencia (Nehemías 1:5; Daniel 9:4). Dios ha subrayado siempre que la manera de mostrar nuestra devoción es haciendo lo que Él dice (Deuteronomio 8:11; 10:12; 13:3,4). Yo podría predicar mil sermones, y no amar a Dios. El compromiso a medias puede parecer muy apropiado a otros, pero el Señor sabe la diferencia. Los creyentes podemos levantar nuestras manos en adoración, servir con ahínco, apoyar a los misioneros e incluso hablar como todo un gigante espiritual; pero si no estamos obedeciendo los mandatos de Dios contenidos en Su Santa Palabra, lo más que le estamos demostrando es amor tibio.
© Las obras no prueban nada. Amar al Señor significa obedecerle.
Lo que voy a decirle puede dolerle:
© Si usted no obedece la Palabra de Dios, no ama al Señor, es un tibio.
CONFESIÓN DE FE:
DIOS LE DIJO A JOSUÉ QUE MEDITARA EN LA ESCRITURA DÍA Y NOCHE (JOSUÉ 1:8). LEO Y MEDITO LA BIBLIA CADA DÍA, PORQUE ESTA ES LA ÚNICA MANERA DE CONOCER SUS PRECEPTOS, MANTENERME FIEL OBEDECIENDO Y DE DEMOSTRARLE ASÍ MI AMOR AL PADRE.
ORACIÓN:
Padre Celestial, El Kana, Dios Celoso (Deuteronomio 4:24). Mi amado Dios Padre y Señor, yo se que Tu, El Todopoderoso, eres extremadamente protector de Tu pueblo y no quieres compartir nuestros afectos con otros "dioses". Señor yo hoy quiero amarte como Tú lo pides, y demostrarlo con mi obediencia y fidelidad a Tu Palabra, a Tus preceptos, guardando todo lo que me has enseñado y ordenado, de manera que mi amor por Ti este a la medida del Tuyo por mí. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por Tu amor permanente y sin condición. Amén.
Juan Manuel Lamus O.